El ministro de Salud, Ginés González García, volvió a referirse a la polémica declaración del obispo castrense, Antonio Baseotto, cuando dijo que había que atarle una piedra y tirarlo al mar por sus posturas favorables a la despenalización del aborto, al que calificó de "brutal y bestial". También reiteró su opinión favorable a despenalizar el aborto, al sostener que "habría que ampliar" las situaciones en las que el Código Penal deja sin castigo a las mujeres que ponen fin a su embarazo.
Frente a éstas y otras declaraciones, la diputada porteña Fernanda Ferrero (Unión para Recrear Buenos Aires) expresó: "Que el ministro de Salud reconozca su omnipotencia es tal vez una de las pocas pautas de contacto con la realidad que evidencia Ginés González García. Resulta casi irrisorio leer las declaraciones de quien tiene bajo su responsabilidad una de las áreas mas sensibles de la población de este país, y que precisamente sea él quien hable de igualdad de acceso a la información y a los bienes, de programas de atención a madres y niños marginados, circunstancia absolutamente real precisamente a partir de las inexistentes políticas que debería haber creado para agotar todas las instancias previas antes de comenzar a considerar el aborto como la única solución posible para la mujer".
La presidenta del bloque Unión para Recrear Buenos Aires agregó: "Poco puede importar el patético perfil psicológico evidenciado en sus declaraciones, si este provocador no fuera quien originó un conflicto de graves magnitudes con la Iglesia Católica. Tampoco resultaría vital que este señor haya sido criado como un rey por su entorno de mujeres, si no fuese quien promueve la despenalización del aborto, fundamentándose en la mortalidad de mujeres carenciadas que sufren una realidad muy alejada a sus vivencias.
Además, Ferrero afirmó: "Resulta casi imposible imaginar a un ministro escandalosamente frívolo, comprendiendo, creando y ejecutando tareas de contención para esas mujeres que, como tales, desearían tener la posibilidad de optar por el nacimiento de sus hijos sabiendo que viven en un país donde se respetan sus derechos y los de sus hijos".
"Todo parece indicar -agregó- que este ministro tiene muy poca vocación para resguardar los derechos fundamentales que rigen en nuestro país. Tampoco evidencia una gran voluntad por ejercer sus funciones si consideramos que promueve el aborto como única solución para evitar muertes y más pobreza, cuando en realidad y en virtud al cargo que ocupa, debería ocupar su tiempo en buscar soluciones dignas para la sociedad en su conjunto".
