Adrián Bustos, el cabo de la Policía Federal que fue hallado culpable de asesinar por la espalda a Camila Arjona, la joven de 14 años que fue muerta de un disparo el 1 de abril de 2005, fue condenado a prisión perpetua. En tanto, Mariano Cisneros y Miguel Ángel Almirón, los otros dos agentes juzgados fueron condenados a tres años de cárcel por apremios ilegales, pero recuperarán la libertad por estar detenidos desde el inicio de la causa.
La condena coincidió con la pena solicitada por el fiscal para Bustos. Por su parte, la querella había pedido al Tribunal Oral Criminal 10 que lo condenara a reclusión perpetua por "homicidio calificado". Sin embargo, trascendió que sus abogados no apelarán por estar conformes con el veredicto.
Bustos era el único de los tres policías acusado de homicidio, ocurrido en la villa 20 de Villa Lugano. Los otros dos agentes fueron juzgados por apremios ilegales contra otro joven, Omar Plaza, a quien presuntamente golpearon porque se negó a ir a comprarles cocaína, minutos antes del asesinato de Camila.
EL CRIMEN
Según lo que se reconstruyó en la causa, la noche del asesinato de Camila, los policías Bustos y Cisneros estaban asignados a la custodia de un almacenero de la villa amenazado por otro hecho. Almirón, estaba de ronda y se unió a ellos. Luego de tomarse ocho botellas de cerveza, conminaron a un chico de la villa, Omar Plaza, a comprarles droga y, como se negó, lo golpearon. Camila estaba durmiendo en la casa de su novio, Leonardo Ramos, de 18 años, cuando el alboroto la despertó. Como el hermano del chico no estaba, su mamá se preocupó y salió a buscarlo, acompañado de Leonardo, lo encontraron y volvieron. Pero después, Leonardo salió nuevamente a la calle con su novia para ver si sus amigos estaban bien. Allí, los policías abrieron fuego contra ellos.
Camila cayó herida y Leonardo se metió en su casa. Luego salió la mamá del joven y vio a un hombre que se identificó como policía que la obligó a volver a su casa. La chica ya estaba muerta. Alfonso Paniagua, vecino de la calle Corvalán -donde ocurrió el crimen-, relató en el juicio que vio a los policías disparar, a Camila caer y a uno de ellos pisarle la cabeza y agarrarla de los pelos para confirmar que estaba muerta. Paniagua señaló a Bustos como el asesino y el autor de estas acciones.
