Mezclado entre los tantos brindis y agasajos que se vivieron la semana pasada, uno de ellos tuvo para el Ejecutivo porteño especial significación. Se realizó en un club de Tenis ubicado donde la calle Brasil aún tiene dos dígitos. Hasta allí llegaron todos los protagonistas -salvo el propio Aníbal Ibarra, que estaba de viaje-, su hermana Vilma la senadora y el super secretario Juan Carlos López quien habitualmente no concurre a este tipo de ágapes.
El hombre fuerte del gobierno, Raúl Fernández, había sido el convocante bajo el lema "una mejor gestión y mucho más política", algo que repitieron a coro todos los consultados por este medio. El "Colorado" quien fue el único orador de la noche, destacó "la importancia de unir la gestión con la política" y de fijarse objetivos como fuerza independiente que permitan construir la herramienta para seguir creciendo en el ámbito de la política nacional. Con la mirada fija puesta en el ascenso de su "jefe" Aníbal Ibarra, Fernández trazó un racconto de la primera gestión, en la cual, acuciados por la crisis que se avecinó en el gobierno de la Alianza, no lograron "armar la política" que sustentara la tormenta y sólo el esfuerzo en la gestión -al mismo tiempo que aprendían- los salvó del naufragio político.
Comiendo "sanguchitos" de lomo y de chorizo, todo bien regado con vinos blancos y rojos y cervezas, se encontraron ibarristas de diferentes pelajes como el "vilmista" Marcelo Antuña (sin Fabiana Fizbin) con los radicales Orlando Yans (hombre de Tom Costanzo), Daniel Siciliano, al decir de muchos en esa cena "el mejor secretario de Descentralización que tuvimos" y Alicia Vasconcellos (ex Padelai). También estuvieron los super secretarios Eduardo Epszteyn y Roberto Feletti, al que lo chancearon con un "ahora sí que vas a tener que gestionar sin plata" haciendo referencia a su paso como presidente del Banco Ciudad. El histriónico Jorge Telerman paseaba su humor de mesa en mesa. Mientras espera que la Legislatura comience su período extraordinario y con él, su convivencia con el "obispo" macrista Santiago De Estrada.
Las legisladoras Laura Moresi, Alicia Caruso y Marta Talotti junto con la mujer del anfitrión, Marta Albamonte, constituían las caras más conocidas de la rama femenina del evento. Otros hombres del entorno cercano de Fernández como Luis Véspoli, Lautaro Erratchu (y su padre Julio) y Horacio Spandonari (boquense insufrible) comentaban la marcha del 20 junto al ex fatalista José Luis Calvo y el "vice-sheriff" porteño Claudio Suárez. Cerca de ellos y acostubrándose a sus nuevos compañeros de ruta, Héctor Capaccioli hacía gala de su cintura y tranquilidad en momentos en que las segundas y terceras líneas de su espacio vienen "degollando" por más lugares. También estuvo allí Juan Manuel Olmos, otro kirchnerista que fuera designado por el gobierno de Aníbal Ibarra, como director de la Corporacion Puerto Madero.
Marcelo Vensentini, actual subsecretario de Medio Ambiente, intercambiaba ideas con Carlos Campolongo, al cual le recitó su última máxima: "La gestión sin política no es gestión y la política sin gestión es charlatanería", de la cual puso un ejemplo que todos -menos uno- compartían en ese espacio.
"Tenemos que perforar con nuevas políticas -continuó- la posición de todos aquéllos que culturalmente aceptaron este año que Mauricio Macri podía conducir esta ciudad. Hay que trabajar mucho para poder mostrar la diferencia de valores entre una propuesta y la otra, y eso se hace con más política", finalizó.