El debate entre Ibarra y Macri, en tono de culebrón

El debate entre Ibarra y Macri, en tono de culebrón

Anticipando la aspereza de un debate en el que seguramente no habrá concesiones, los jefes de campaña de Aníbal Ibarra y de Mauricio Macri se trenzaron ya en una polémica que tampoco eludió la contundencia. Juan Pablo Schiavi -jefe de campaña de Macri- propuso por carta fecha, hora, lugar y esquema del debate. Campolongo -, su contraparte de Ibarra, también en forma epistolar- le respondió que, por presentar hechos consumados, poseía "rasgos de autoritarismo" y "un intento de imponer, antes que de dialogar"


Mauricio Macri, que al principio había declinado debatir con Aníbal Ibarra en la primera vuelta y que al final lo hizo en el programa televisivo "A Dos Voces", desafió a su rival a volver a hacerlo. En el comienzo, en una carta que Macri le envió a Ibarra, aquel propuso como escenario el Centro Argentino de Ingenieros, y como moderador a Manuel Mora y Araujo, una propuesta que fue rechazada con firmeza por la gente de Fuerza Porteña.

"Quieren fijar hora, lugar y condiciones para el debate -afirmó un asesor de Fuerza Porteña. Nosotros aceptamos debatir, es más, aceptamos que haya muchos debates e incluso que intervengan también los candidatos a vicejefes y los equipos técnicos, pero las condiciones las fijamos en común, sino no hay igualdad".

Posteriormente, el jefe de campaña de Compromiso para el Cambio, Juan Pablo Schiavi, le envió una segunda carta a su par de Fuerza Porteña, Carlos Campolongo, en la que propuso que el debate entre Aníbal Ibarra y Mauricio Macri se realice "el martes dos de septiembre, a última hora de la tarde o primeras de la noche", en el Colegio de Escribanos de Buenos Aires.

En su carta, Schiavi le propuso a su colega hasta un esquema previo de debate, que se dividiría en siete bloques. En todos los bloques, menos en los de apertura y cierre, cada candidato dispondría de dos minutos para exponer su propuesta y luego podría utilizar dos minutos más para ejercer su derecho a réplica.

En el bloque de apertura, los candidatos utilizarían dos minutos para presentarse a sí mismos y en el último se les otorgarían tres minutos para cerrar su intervención. En el segundo bloque el tema sería "El Rol de la Ciudad"; en el tercero, "Empleo"; en el cuarto, hablarían de "Seguridad"; en el quinto, de "Educación" y en el sexto de "Salud".

Los asesores de Macri propusieron además poner como garante de los temas a tratar a "una organización no gubernamental de prestigio reconocido y aceptada por ambas partes". También sugirieron que haya una transmisión televisada única, a la que se puedan conectar todos los medios de comunicación, que podrán, a su vez, acreditar a sus enviados. En cuanto al moderador -o moderadores-, los hombres de Macri propusieron que sean designados de común acuerdo.

UNA RESPUESTA NEGATIVA

Pero más tarde, cuando la noche caía sobre Buenos Aires, Carlos Campolongo -contagiado del fervor epistolar del macrismo, aunque corriendo con desventaja en este rubro, ya que él no tiene cartero gratis- le expresó a Schiavi su desagrado de manera contundente.

Lo acusó de tener "un doble discurso" por presentar "hechos consumados", a los que calificó como "rasgos de autoritarismo" y "un intento de imponer, antes que de dialogar". Campolongo se refería a que, en un diálogo radial que se produjo por la mañana en el programa "El Exprimidor", él y Schiavi acordaron reunirse para conversar sobre las condiciones del debate, pero luego este último presentó en público su propuesta sin consultarla con él previamente.

Campolongo sugirió luego en su misiva que hay en la actitud de Macri y sus asesores "coartadas para evitar debatir abiertamente". Además, expresó que "no comparto el criterio de que el periodismo no pueda constituirse en un lugar ‘neutral e imparcial’, como Mauricio Macri deja entrever, por omisión, en la carta que le remitiera al Señor Jefe de Gobierno".

Campolongo le propuso a Schiavi -apellido de defensor que juega con cierta reciedumbre-, además, que "para los debates se hagan" se les permita a "quienes hacen del periodismo su profesión que formulen sus invitaciones". Es decir, propuso varios debates.

Además, Campolongo propuso realizar debates temáticos, es decir, distribuir los temas en los diferentes espacios periodísticos "para que puedan ser abordados con detenimiento y que cada candidato pueda demostrar el dominio que tiene de cada propuesta".

Finalmente, intentando aprovechar la que sería posiblemente una ventaja para Ibarra, más ducho en el arte de la respuesta rápida y en el juego de contraataque, el jefe de campaña de éste propuso "contemplar la posibilidad que los candidatos puedan hacerse preguntas entre ellos, con la regulación del moderador o los moderadores que conduzcan el programa".

El tercer capítulo de la saga será imprevisible, pero una cosa sí es segura: este debate viene muy conversado. Más conversado que Truco de fulleros.

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