Todos quieren un cacho de Cultura

Todos quieren un cacho de Cultura

La primavera cultural que está viviendo la Argentina convierte a la Secretaría de Cultura porteña en una codiciada vidriera política. Quiénes son los que se pelean por el sillón. Y por el manejo del presupuesto, que será de 152 millones para el 2004


El sillón de la Secretaría de Cultura del Gobierno porteño está desatando una fuerte puja en estos días previos al armado del nuevo gabinete de Aníbal Ibarra. Y si bien la pelea es post electoral, el imán por la silla cultural viene in crescendo desde los tiempos de la campaña porteña, cuando Mauricio Macri y el actual jefe porteño se dejaban fotografiar en las megaexposiciones y hablaban de sus pintores favoritos.

Cultura devino, de golpe, en un preciado objeto de deseo y en una espectacular vidriera política de la era K. Pero, ¿a qué viene esta repentina pasión?

No se trata sólo del tema obvio, o sea, del prespuesto que maneja el área, aunque éste constituya una razón más que importante en la adrenalina de las disputas. De hecho, el prepuesto no es nada despreciable. Sin embargo, hay más razones ocultas detrás de las de siempre.

Como explica a NOTICIAS URBANAS uno de los involucrados: "estamos en una primavera cultural que recuerda a los primeros años del gobierno de (Raúl) Alfonsín. Manejar cultura en esta época es fantástico porque hay un estallido, y todo lo que se haga va a ser muy visible".

Y aunque el involucrado no lo dice abiertamente -digamos que lo deja entrever-, lo cierto es que la gestión cultural será una buena plataforma política para todo aquél que quiera instalarse en la carrera por la Jefatura de Gobierno en el 2007.

Ocurre que con la caída de la Argentina se produjo un florecimiento del fenómeno cultural inédito en Buenos Aires y en el resto del país. Un auge que tuvo muchas traducciones: desde la asistencia masiva a los talleres de arte barriales hasta la pasión por las megaexposiciones de pintura, todas exitosas durante los tres últimos años.

Nadie sabe explicar muy bien por qué ocurrió esto, pero lo cierto es que sucedió. Lo paradójico es que, en tiempos de depresión económica, en otras capitales del mundo como París, Roma o Nueva York, la cultura cayó en igual proporción a la actividad económica. Es decir, los estallidos culturales coinciden generalmente con el apogeo de las ciudades, no con su decadencia.

Así las cosas, en la Ciudad de Buenos Aires, el cargo es más políticamente aprovechable ahora que nunca porque, al menos para sus protagonistas, el éxito de gestión parece asegurado. Es por eso que el ex secretario del área y actual vice jefe electo está empeñado en conservar su sillón o, al menos, conservar el control del área, tema que ya le trajo roces y rasguños en el Ejecutivo porteño. En caso de no quedarse él mismo -cosa que parecería ya descartada-, a Telerman le gustaría ver allí a Estela Puente, actual funcionaria del sector.

La arquitecta salteña Silvia Fajre, cercana a Ibarra, suena también como posible candidata. Finalmente, el periodista Carlos Campolongo es otro de los aspirantes.

No es un secreto en los salones del Palacio La Prensa que la interna cultural tiene enfrentados a los dos peronistas, Telerman y Campolongo, que por estos días se miran con recelo.

Para agregarle atractivo a la Secretaría se suma que, para el 2004, el prespuesto que manejará será alrededor de 152 millones de pesos, aunque en la realidad será más alto.
Por ejemplo, en los hospitales públicos, hay actividades culturales para la tercera edad. Así es que, aunque pertenezcan a otras áreas, todas estas actividades hacen ascender a 159 millones el dinero que finalmente manejará el mandamás del sector.

Por si fuera poco, España está dispuesta a dar su apoyo a la movida cultural porteña: por un lado, los empresarios ibéricos están seducidos por el talento de los artistas rioplatenses y, en segundo lugar, si Buenos Aires tiene vocación de instalarse como la capital cultural de Latinoamérica, los españoles acompañarán la apuesta.

Puestos a elegir, en Madrid prefieren una capital cultural de habla hispana antes que portuguesa.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...