El club Sunderland del barrio de Saavedra -el mismo lugar donde el actor Robert Duvall acostumbra ir a bailar tango en sus visitas a la Argentina- reunió a alrededor de 100 dirigentes radicales este último jueves, en una cena organizada por el ex diputado porteño Daniel Bravo. El motivo: dar las primeras puntadas para el tejido de una corriente cobista interna al radicalismo porteño. Precisamente, la mayoría de dirigentes que participó del encuentro nunca perteneció a la Concertación Plural y muchos, meses atrás, no ahorraban críticas al vicepresidente de la Nación, expulsado por del radicalismo por su alianza con los K. El voto "no positivo" de Julio Cobos en el Senado, contrario a las pretensiones del kirchnerismo, hizo cambiar de parecer a varios que, en un momento histórico en el que al partido de Alem e Yrigoyen le faltan figuras, ven en la repentina fama del vicepresidente una oportunidad para volver a reposicionar a la UCR.
Juan Carlos Farizano, Leandro Illia, Marcelo Montero, José Kibudi, Gabriel Calderaro, Humberto Saldaneri y el escribano Jorge Gómez, además de Bravo, fueron algunos de los presentes. Mucha segunda línea, más el aporte de Nito Artaza, quien, por tener función, llegó tarde, recién para el helado que se sirvió después de la suprema al champignon y el fiambre con ensalada rusa.
"La eventual vuelta de Cobos se tiene que discutir a nivel nacional porque fue el Comité Nacional el que lo expulsó. Pero en la Capital vamos a fijar nuestra posición y pujar por su retorno, como por el de todos los radicales que, a partir de la crisis del 2001, emigraron hacia otros partidos", explicó a NOTICIAS URBANAS un dirigente cercano a Bravo, muy entusiasmado por la cena.
