La interna del kirchnerismo que va por la Capital

La interna del kirchnerismo que va por la Capital

"Si tuviéramos en cuenta la interna del kirchnerismo, tendríamos que darles cinco secretarías", admitió a NOTICIAS URBANAS un funcionario cercano a Aníbal Ibarra. Julio De Vido y Alberto Fernández tienen aspiraciones en la Ciudad. Cada uno de ellos tiene un armado político propio. Fernández quiere ser jefe de gobierno en el próximo turno. Cerca de De Vido, entretanto, se quejan de la "soberbia" de Ibarra para armar el nuevo gabinete. "Ahora parece que ganó solo", dicen


"Si fuera por la interna del kirchnerismo, le tendríamos que dar cinco secretarías al gobierno nacional", le cuenta a NOTICIAS URBANAS un hombre muy cercano a Aníbal Ibarra, quien por estas horas medita la composición del nuevo gabinete, que dará a conocer alrededor del 20 de noviembre.

"No hay que equivocarse; una cosa es Kirchner y otra son los operadores de (Julio) De Vido y Aberto Fernández con aspiraciones en la Capital", completa el funcionario de Ibarra.

Los ministros Julio De Vido y Alberto Fernández integran el gabinete nacional y no se llevan bien. Los dos están haciendo su propio armado en Capital y también buscan un espacio en el gobierno porteño, frente al que se sienten con derecho después de que el presidente Néstor Kirchner jugara sus fichas por la reelección de Ibarra.

El ministro de Planificación Federal tiene el ojo puesto en la secretaría de Obras Públicas de la ciudad que es, por lejos, el área de mayor presupuesto del gabinete porteño y que además tiene una conexión casi estratégica con el gobierno nacional.

El santacruceño acaba de lanzar una agrupación propia en la ciudad, Síntesis Porteña, que se perfila como una "construcción transversal" con la que quiere seducir al peronismo "no menemista" -lo aclaran bien-, al Frente Grande, a los radicales y a las múltiples expresiones de la izquierda.

De Vido está molesto con la "autonomía" con la que, según entiende, Ibarra está armando su nuevo gabinete. "Hay cierta soberbia en el Ejecutivo porteño; ahora parece que ganó solo", se queja fuera de grabador un funcionario que tiene oficina en el Ministerio de Planificación Federal.

Por su parte, Fernández quiere ser jefe de gobierno en el 2007. También tiene una agrupación propia, la Corriente Popular Porteña, pero no descuida al peronismo de la Capital.

Como dice su hombre de confianza, el sindicalista Héctor Capaccioli, "la actual conducción de (Miguel Ángel) Toma tendría que dar un paso al costado; al PJ Capital hay que redefinirlo".

Sus aspiraciones en el gobierno de Ibarra son, en principio, colocar a Capaccioli. Por su perfil, pareciera que el sindicalista es el candidato para la secretaría de Descentralización y Participación Ciudadana.

El ministro de Planificación Federal, que está junto a Kirchner desde la primera gobernación en Santa Cruz, en 1991, recela de Fernández porque le parece que el porteño tiene un espacio injusto al lado del Presidente. De Vido hace cuentas: él era el hombre fuerte de Santa Cruz (fue alternativamente ministro de Economía y de Gobierno) varios años antes que Fernández se acercara a Kirchner en los inicios del grupo Calafate, en 1998.

Ibarra trata de hacer equilibrio entre los hombres de Kirchner con ambiciones porteñas, y a modo de vacuna, le cuenta a quien quiera oirlo: "Kirchner me aconsejó que no reparta mi gobierno".

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