Estoy feliz con el reestreno de Raíces. Beatie, el personaje que hago, tiene un abanico tan grande que me da la posibilidad de profundizar y sorprenderme. Es un personaje que tenía ganas de hacer. Fue una obra que busqué para hacer porque la había hecho para una muestra, cuando tenía 13 años y estudiaba con Alejandra Boero. Quería hacer teatro después de hacer El tenor y estar de gira durante todo un año. La busqué y me dijeron que ya tenían los derechos. A los tres meses me llamó Luciano Suardi para preguntarme si quería hacer Raíces. ?¿Beatie? ?le pregunté? Sí, quiero, quiero, quiero.? Este personaje, para mí, es una gran responsabilidad porque es mi primer protagónico. Además, me dio la chance de trabajar con Marta Bianchi, a quien conocía pero con quien nunca había trabajado. Tuvimos mucha química y fue mágico el poder establecer ese vínculo hermoso de madre e hija. Es una actriz que está muy atenta en el escenario y que es muy generosa, porque te escucha. También está Julieta Vallina, una gran actriz con la que tenía muchísimas ganas de trabajar.
Hacer a Beatie fue un gran trabajo. Primero, por la letra; poder encontrarle matices a medida que va pasando la obra, porque no para de hablar. Fue muchísimo ensayo, de lunes a sábados, ocho horas. Y después, con el monólogo final, que tiene una estructura difícil. Al principio, llegaba esa parte y decía ?ahí viene, ahí viene?. Era como querer sacármela de encima. El reestrenar y hacer tantas funciones hace que no la sufra y me vuelva a sorprender; es interesante ver las revelaciones de Beatie y que ella realmente empieza a hablar con sus palabras y deja de repetir lo que decía su novio, el socialista Ronnie.
Impasse 1: El punto de encuentro con Melina fue un bar de Palermo. La actriz llega puntual y hace las fotos sin ningún problema, a pesar del calor. Menuda y simpática, Petriella mira, al hablar, desde unos ojos celestes ampliamente reconocidos en la pantalla chica.
En algún lugar, Beatie y Melina se unen. El año pasado empecé Artes Combinadas, en Filosofía y Letras, en la UBA. Al principio, llegaba a casa desesperada. Me costaba mucho. Al comienzo no me animaba a abrir la boca pero después había cada uno que decía cada pelotudez que… ya está. Ahí está la unión: cuando Beatie descubre lo importante y conflictivo que es el conocimiento, porque su horizonte empieza a cambiar, se abre, y una no sabe hacia dónde va todo. Es lo que le dice Ronnie a Beatie: ?Preguntá, hacé preguntas?. Uno aprende a medida que va preguntando y ve hacia dónde va. Desde ese lugar, de la apertura del horizonte a través del conocimiento, me dio mucho vértigo. Esa adrenalina y esa felicidad que hace que una diga: ?Está buenísimo?.
Beatie se va de su casa y deja a su familia de chancheros, con padres de horizontes supercortos. Sobre esto, y respecto a lo que dice de la información, gira la obra. Hay un cuestionamiento en ese punto. Lo que uno puede codificar, lo que nos venden, lo que uno puede comprar. Algo muy de moda ahora; la obra se estrenó justo para la época de la Ley de Radiodifusión (NdR: Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual), un tema muy importante. Estoy a favor de la Ley de Radiodifusión en tanto sirva para que se multipliquen las voces que se escuchan. Que puedan hablar los que no tienen voz y se salga de los monopolios formadores de opinión. Al respecto, pasó lo mismo que con lo del campo, que había mucha gente hablando sin saber, sólo por prejuicios o desconocimiento. Fijate lo que pasa con Cristina.
Las peores críticas somos las mujeres, por una cuestión de género. Que si se viste bien, que si se viste mal. Pero es una mujer preparada. Se la critica a ella pero no a la señora que manda a cacerolear a la mucama.
Impasse 2: A pesar de su rostro angelical, Melina advierte que es una mujer de mucho carácter. Además, hablamos sobre política y cuestiones de género. Mientras toma un agua mineral con limón, Petriella se abre al diálogo como pocas veces se ha visto en los artistas locales. Lamentablemente.
Creo que hay que fomentar el debate y la participación para salir de los monopolios que nos estafan. A mí me pasó de tener que pagar el teléfono altísimo (300 pesos) porque me estaban robando la línea. ¡Primero tuve que pagar para hacer el reclamo! ¡Encima me reconocieron todo pero el descuento por boleta era de centavos! Me quejé y me cambié de compañía, porque ya era un abuso: tenés que caer en ellos sí o sí para que te den un servicio. Y eso no está bien.
Debuté en televisión en Inconquistable corazón. Era la hija del personaje que hacía Marcela López Rey, y el protagonista era Pablo Rago. ¡No sabés! Fue el primero que me besó, y yo tenía su figurita de Lucho, de Clave de sol. Me acuerdo que un día fui y le llevé las figuritas. ?¿Ves??, le dije. Nos reímos mucho con esa anécdota. o