Macri alineó a sus ministros

Macri alineó a sus ministros

Gestión, función, trabajo con proyección a futuro y nada de declaraciones políticas vinculadas al proceso electoral nacional fue el claro y simple mensaje que el líder del PRO dio a su Gabinete 24 horas antes de dejarlos solos y partir rumbo a España. Un poco de mística partidaria y otro poco de bajada de línea frenando perfiles mediáticos altos y lenguas ágiles, condimentaron el encuentro. El primero en dar el ejemplo y respetar esta orden fue el propio Macri quien evitó hacer declaraciones fuertes sobre el movimiento de Solá hacia el oficialismo nacional.


Superada la interna Larreta-Michetti, otras batallas ?comandadas por otros gladiadores- por espacios de poder dentro del PRO comenzaron a filtrarse en diversos medios y a desordenar la prolijidad y armonía partidaria que Mauricio Macri destaca cada vez que describe al partido que lidera. Con el objetivo de alinear a la tropa, calmar los ánimos, y dejar en claro que más allá de la postura dialoguista y abierta del macrismo, la conducción es claramente vertical, el titular del Ejecutivo porteño congregó en el Buenos Aires Golf de Bella Vista a los funcionarios que integran su Gabinete y estableció una serie de criterios.

Respetando la sabiduría popular, Macri dejó en claro que ?los trapitos sucios se lavan en casa?, y también que ?si quieren que no lo sepan muchos, no hay que decirle a nadie?. Por casi 10 horas, los equipos del Ejecutivo de la Ciudad no solo recibieron claras instrucciones de no hablar con los medios sobre lo que se trabajó en esta suerte de cumbre PRO (el único autorizado para brindar información sobre el encuentro fue Miguel De Godoy), sino que también fueron condicionados a un silencio estampa en todo a lo que declaraciones políticas en el marco de las elecciones nacionales se refiere.

Apoyo ?a full? a la lista de Federico Pinedo en la Ciudad, y, también a los legisladores del PRO en el Gran Buenos Aires y el interior (en este caso con la salvedad de dejar en claro que el apoyo es para los candidatos del partido y no a los acuerdos electorales que pudieran haber realizado en cada territorio).

El fundamento de esta postura lo expuso Marcos Peña quien, con números en mano, destacó que la gestión macrista está atravesando un pico positivo mayor al 70 por ciento, y que este apoyo tiene en el estar ajeno a la debacle de la oposición tras los bajos resultados obtenidos en las primarias, uno de sus sustentos.

Vinculado a este punto, también se expuso que no sólo los ministros no debían aventurarse en apoyos a candidatos que no eran propios manteniendo la prudencia en las discusiones electorales entre oposición y kirchnerismo, sino que, dentro de las posibilidades de cada funcionario y área se debía trabajar en mejorar el diálogo con el Gobierno nacional, para poder avanzar en los proyectos que el PRO tiene para la Ciudad sin encontrar en La Rosada un opositor acérrimo que limite los planes porteños del macrismo.

En los planes del PRO en la Ciudad se concentró Horacio Rodríguez Larreta, quien expuso sobre los proyectos más ambiciosos del macrismo para los próximos 4 años de gestión ?proyectos que sin la voluntad del Gobierno nacional de dejar que avancen será casi imposible concretar- como la ampliación de la red de subterráneos, el centro cívico en Barracas y el despliegue de la Policía Metropolitana a más comunas.

Ni los cambios en el Gabinete, ni la incorporación de dirigentes de otros sectores al PRO formaron parte del encuentro. El funcionamiento del actual Ejecutivo porteño y la posición política de sus miembros en el marco de las elecciones nacionales fue el eje; la labor legislativa del PRO prácticamente no fue abordada, ya que, por el momento, los pedidos de Macri están siendo satisfechos.

Con la tropa ejecutiva alineada, el Jefe de Gobierno se dispuso a emprender su viaje a España, no sin antes demostrar en tibias declaraciones radiales que él es el primero en cumplir con las líneas marcadas.

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