La campaña del líder de PRO, no sólo apunta a acercarse al vecino, su aparición en programas de las FM puede leerse como la búsqueda del electorado joven, no tan comprometido con las problemáticas barriales, ni con las fuerzas políticas tradicionales.
En la mañana de este jueves, Mauricio Macri aceptó jugar con el conductor Fernando Peña, a ser el doctor de la Ciudad de Buenos Aires y describió cuáles serían los primeros auxilios que daría para evitar que la grave enfermedad que sufre la urbe, se transforme en un caso terminal.
"El primer paso es darle un mensaje a toda la política de que se acabó la repartija del clientelismo. La Ciudad está así porque han usado el presupuesto para acomodar punteros y amigos; un caso espantoso es el canal de cable que con 0.0 de rating tiene un consto de 1.220.000 pesos por mes, Acción Social se gasta el 86% del presupuesto en los que laburan ahí adentro, no en la gente que no puede comer", diagnosticó el ingeniero.
Luego señalar la necesidad de ponerle un torniquete a la hemorragia presupuestaria, encaró -cual flebólogo experimentado- el problema de la circulación y el transporte.
"Hay que aumentar la falta de transporte público, de subtes; sacar los camiones y terminar autopistas. Pero hay otra de bajar el tránsito en la Ciudad, que los trámites se informaticen para que no tengas que moverte al centro para resolver tus problemas"
Ante la crítica por haber dejado un enfermo (el Congreso) por otro (la Ciudad), Macri dejó en claro -continuando con la comparación- que su vocación es de un médico cirujano, no de enfermero.
"Yo dije, no tengo vocación de Diputado; en el 2007 voy a ir de candidato a un cargo ejecutivo. Carrió y Bielsa me acusaron diciendo ‘nosotros vamos a ser diputados, él señor no quiere serlo’; yo dije la verdad", resaltó.
Muy cerca de ser del médico de cabecera de la Ciudad -si el electorado así lo decide el próximo 24 de junio-, Macri aclaró que tiene "una enorme preocupación".
"Siento que nos hemos comprometido a muchas cosas y hay que cumplir; aparte yo quiero seguir viviendo en esta Ciudad", dijo por FM La Metro. Y agregó: "No nos van a perdonar una si no cumplimos", comentó temeroso.
El imaginario galeno de la Ciudad, se comprometió a recetar lo apropiado para cada una de las dolencias del enfermo, pero la recuperación no está asegurada. Al igual que en cualquier problema de salud, la sanación depende en partes iguales del médico y del paciente. Y para aquellos que poseen alguna creencia… otro tanto depende de la intervención divina.
