El viernes 19 de octubre, a las 20.30, se realizará un nuevo concierto del ciclo de abono de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires que se hará en el Teatro Gran Rex (Av Corientes 857). La dirección estará a cargo de Arturo Diemecke, y los solistas serán la soprano Mónica Philibert y el violinista Pablo Diemecke.
El programa estará integrado por obras post-románticas: una suite de música incidental del ruso Sergei Prokófiev (1891-1953), una obra concertante de Erich Wolfgang Korngold (1897-1957) y una sinfonía de Gustav Mahler (1860-1911).
El concierto comenzará con El teniente Kijé de Prokófiev. Luego de su periplo por Europa y Estados Unidos, Prokófiev regresa a la Unión Soviética y compone la música incidental para la película de Alexander Peinzimmer de 1933, que es una sátira sobre la burocracia del Zar Pablo I de Rusia.
El compositor, que luego realizaría la música para los films Alexander Nevsky e Iván el Terrible de Sergei Einsenstein, realiza una suite con cinco números que describe el desarrollo de la historia: el nacimiento del teniente Kijé desde la confusión del Zar al escuchar mal un reporte, luego el romance, la boda, la invocación a Baco y la muerte del supuesto personaje.
La primera parte del programa concluirá con el concierto para violín y orquesta de Erich Wolfgang Korngold. Creador de la ópera La ciudad muerta, Korngold tuvo una fructífera carrera en Hollywood como compositor de la música para películas como Robin Hood y Anthony Adverse, por las cuales recibió dos premios Oscar.
Su concierto para violín y orquesta, dedicado a Alma Mahler-Werfel, fue estrenado en 1945 por Jascha Heifetz en Saint Louis y sigue el modelo de concierto romántico virtuoso, empleando melodías creadas para sus films.
En esta obra, participará el violinista Pablo Diemecke, quien realiza una carrera internacional presentándose en Estados Unidos, Canada y Europa, y también interpreta música de cámara, integrando el Trío McPherson.
La segunda parte del programa estará dedicada a la Sinfonía Nº 4 de Gustav Mahler. Esta obra, estrenada en Munich en 1901, es la menos grandilocuente de sus diez sinfonías, tanto duración temporal como en instrumentación, aunque posee las características propias de su estilo: orquestación colorida e innovadora, la relación de motivos a lo largo de sus movimientos y su belleza melódica.
El cuarto y último movimiento, “La vida celestial”, es una canción para soprano, que fue escrita con anterioridad en 1892 sobre uno de los poemas del ciclo Des knaben Wunderhorn.
En ese movimiento participará la soprano argentina Mónica Philibert, egresada del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y que se perfeccionó con Ernst Haefliger en el exterior. Recibió diversos premios a lo largo de su destacada carrera, entre los que sobresale el Premio Konex de Platino por su trayectoria en 1999.