"Nunca pacté con la corrupción", se defendió Aníbal Ibarra al dar explicaciones sobre la tragedia de Cromañon ante los legisladores. "Tomé decisiones en el área de los controles que nunca antes se habían tomado y esto fue lo que me guió. Sé también que las áreas de controles podrían haber ido mucho mejor, de eso no tengo ninguna duda", dijo.
En medio de una gran expectativa y un importante operativo policial en las inmediaciones, Aníbal Ibarra está dando explicaciones en la Legislatura porteña sobre la tragedia de Cromañón. La sesión empezó a las 17.40 y promete ser maratónica.
"Las decisiones, sin duda, podrían haber sido mejores, pero con los errores que seguramente cometimos, tuve la firme voluntad y decisión de romper con los nudos de corrupción que estaban instalados desde hace décadas", aseguró.
"No ha sido un gobierno de brazos cruzados, pero frente a la tragedia Cromañón esto no sólo no alcanza, sino que no sirve. Todo esto está signado por el fracaso", admitió.
Aun así, advirtió que "en ese contexto, tenemos que sostener lo que entendemos que se hizo bien y generar los cambios que, algunos habíamos hecho en forma gradual y que hoy tengo la sensación que requieren situaciones de shock", puntualizó.
Ibarra se defendió de las acusaciones que lo señalaban por la falta de eficacia en las inspecciones. "Quienes me habían precedido como intendentes habían probado de todo. Habían puesto en los controles a policías y a agentes de inteligencia. El inspector más antiguo debe tener un año y 3 meses", aseguró.
"Durante 2004 se realizaron en la Ciudad 222 inspecciones a locales bailables y se practicaron 119 clausuras", dijo Ibarra sobre el funcionamiento del cuerpo. Y comenzó a realizar un pormenorizada explicación de las reformas al sistema de inspecciones realizadas durante su gestión (ver nota aparte).
Sin embargo, resaltó que esas medidas no sirvieron para evitar la tragedia. "De nada valen las palabras ni ninguna medida cuando murieron casi 200 personas. Por eso, lo que digo es a título de explicación y no de justificación", añadió.
MINUTO DE SILENCIO
Antes del discurso de Ibarra se realizó un minuto de silencio en homenaje a las víctimas. Apenas el vicepresidente primero de la Legislatura, Santiago de Estrada, le dio el uso de la palabra al jefe de Gobierno (Jorge Telerman se excusó por doble su condición de vicejefe de Gobierno y secretario de Desarrollo Social), los familiares presentes comenzaron a decir los nombres de las víctimas fatales de Cromañón, y a su término decían en cada caso "presente".
Durante su discurso Ibarra también aseguró: "Vine a dar respuestas en nombre del Estado de la Ciudad de Buenos Aires. Soy conciente de que mi presencia implica mucho más que el cumplimiento de un acto institucional, sino que se han generado más cosas en torno a esta visita. Soy la primera cara pública que afronta lo sucedido esa noche. Sé que las demandas son infinitas. No tengo todas las respuestas y todas las explicaciones. No eludo lo que me corresponde, pero tampoco asumiré lo que no me corresponde", señaló en otro párrafo del discurso.
También se definió como un "hombre sensible". "Como hombre y como padre, me conduelo con lo que pasó. Confío en que no haremos un show de la tragedia. No pierdo ni un segundo de vista la dimensión de la tragedia. 191 no es un número, son personas irrepetibles. Esto nos obliga a comprometernos con la verdad, con la investigación y con la Justicia, no a utilizarlo con fines políticos. Nadie cuente conmigo para la más mínima especulación política, los tiempos para disputar gobiernos son los de las campañas políticas".
El jefe de Gobierno reconoció: "No caben justificaciones, necesitamos nuevos consensos a partir de la tragedia".
El ex fiscal porteño sostuvo: "Para intentar acercarnos a una explicación, vamos a tener que remitirnos a más cosas de lo que sucedió el 30 de diciembre del año pasado. Vamos a hablar de lo bueno y de lo malo, de lo que se hizo bien y lo que se hizo mal, de las cosas que faltaron, de los porqué. Y mencionó "las deficiencias estructurales del Estado, del poder de policía y de la obsolescencia de sus normas".