"La Argentina no necesita paros- subrayó el legislador Jorge Enríquez- sino una enorme dosis de prudencia, de racionalidad y de espíritu constructivo, ya que se encuentra, como acaba de advertirlo el Cardenal Bergoglio, a las puertas de la disolución nacional".
En particular, Enríquez manifestó su enérgico desacuerdo con la determinación política adoptada por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra. "El Frente será grande, pero tiene poco fondo. Carece de apoyo real en la ciudadanía. Es una pequeña estructura destinada a homologar las decisiones de Ibarra. Y que éste, como Jefe de Gobierno, llame a adherirse a un paro, es una muestra elocuente de la confusión reinante en buena parte de la clase política. Un partido de gobierno no para, gobierna".
"De todas formas -ironizó el ex Vicepresidente de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires- sería injusto negarle coherencia a la decisión. Ibarra la viene preparando largamente: ha tomado la precaución de que la Ciudad esté parada desde el 6 de agosto de 2000".