El rojo financiero de la Ciudad ya es indisimulable. A pesar de ello, el jefe de Gobierno Mauricio Macri envió a la Legislatura un proyecto de ley, que fue finalmente aprobado, para solicitar un endeudamiento con fundamentos en los cuales hacía responsable por su situación al Gobierno nacional. Solicitó que el cuerpo le apruebe un bono por 690 millones, amén de una especie de prórroga para cancelar letras por 300 millones y un pago de 100 millones que tiene que hacer de los bonos Tango. Pero a cambio, el macrismo tuvo que reconocer que si realizó obras durante el período electoral, fue porque echó mano del dinero que tenía para hacer frente al gasto corriente.
En el proyecto de ley que envió al Poder Legislativo, el Gobierno porteño disfrazó esa situación con unas palabritas que solamente al buen entendedor le podían despertar desconfianza. Y tuvo la mala suerte de que en la Legislatura, y sobre todo en la comisión de Presupuesto y Hacienda, hay gente muy avezada en esas lides.
Así, Macri pidió autorización para emitir el bono y la prórroga para cancelar las letras de tesorería con el objeto de hacer frente a ?obligaciones legítimas a pagar?. El problema es que las obligaciones legítimas a pagar pueden ser tantas cosas? Por ejemplo, en esa definición pueden quedar abarcados desde sueldos hasta la compra de las lamparitas de los semáforos. El propio subsecretario Gustavo Eglez tuvo que reconocer frente a la requisitoria del diputado Aníbal Ibarra que parte de las obras que se debían hacer con dinero del Foiso (un fondo de 1.604 millones de pesos para hacer obras de infraestructura social que el Gobierno nacional trabó) en realidad se pudieron materializar echando mano al gasto corriente. Además, dijo que al día de hoy el Estado porteño tiene una deuda flotante de 1.900 millones de pesos.
Ese agujero se compone de la siguiente manera. El Estado porteño habría hecho obras del Foiso con gasto corriente por 700 millones y no está muy claro en qué se utilizaron los 300 millones de las letras. La cuestión es que el oficialismo impuso en la comisión de Presupuesto y Hacienda el número para tratar el proyecto, luego de citar a una reunión un viernes a las 11 de la mañana, cuando el día anterior el cuerpo había sesionado hasta la medianoche. Picardías que se ven a diario entre los parlamentarios.
En tanto, el presidente de ese plenario, el macrista Álvaro González, puso paños fríos y aseguró que Macri no estaba pidiendo un nuevo endeudamiento sino que estaba intentando recomponer el Foiso. En este sentido, el macrismo explica que de los 1.604 millones previstos por ley para destinar al Foiso, invirtieron 690 millones. Esto es que se habría invertido 500 millones durante 2008 y unos 200 millones durante 2009. Pero que ahora resta hacer obra por 914 millones de pesos.
Según el macrismo, la culpa del rojo financiero porteño es del Gobierno nacional.
?La necesidad de adecuar las autorizaciones de endeudamiento ya otorgadas obedece principalmente a la falta de respuesta por parte del Estado nacional a la solicitud de endeudamiento que fuera gestionada por este gobierno con fecha 14 de agosto de 2008, requerimiento efectuado en el marco del Régimen de Responsabilidad Fiscal?, dice en los fundamentos del proyecto de ley de Macri.
En este sentido es verdad que Macri tenía la posibilidad de solicitar el dinero del Foiso en el exterior y que para ello el Estado nacional tenía que autorizar ese endeudamiento. Pero mirado desde otro punto de vista, podría decirse que la negativa de los Kirchner a permitir ese endeudamiento de la Ciudad en el exterior le hizo ahorrar a Macri, en tan sólo un año, cerca de 100 millones de dólares. Lo que no se entiende muy bien es por qué los kirchneristas no dicen esto a pesar de que algún diputado les facilitó el argumento.
El razonamiento sería el siguiente. El Foiso es un empréstito público representado por una o más emisiones de títulos de deuda por hasta 500 millones de dólares estadounidenses y/o su equivalente en otras monedas. El tema es que cuando se aprobó el Foiso el dólar valía apenas más de 3 pesos, hoy está a casi 3,90. Una operación matemática sencilla demuestra que al final Macri se ahorró cerca de 100 millones de dólares. Es verdad: este razonamiento es más una chicana política que otra cosa, pero deja al descubierto qué cierto es aquello de que las cosas resultan según el cristal con que se las mira.
UN PEDIDO QUE HIZO TOSER
Lo mejor de todo este cuento es que Macri, en el proyecto original, pedía 200 millones de pesos más para pagar el gasto imprevisto que generó la gripe A. Solicitud que resistió nada más que una reunión de la comisión de Presupuesto y Hacienda, ya que la explicación de ese gasto nunca pudo satisfacer las objeciones de la oposición.
Tampoco pasó de largo que en esa misma iniciativa Macri nada decía sobre el Foiso. Es más, a la oposición le que dó persistentemente en la nariz un tufillo de que se lo quería sacar de encima.
Y así fue que la oposición emitió dos despachos de minoría. Uno lo firman Aníbal Ibarra, Gabriela Cerruti, Facundo Di Filippo y Gonzalo Ruanova, y el otro, el socialista Julián D?Angelo. En los dos casos se pide el archivo del expediente.
En tanto, el resto de la oposición observó que se deben quitar del texto las famosas palabritas ?obligaciones legítimas a pagar?. En este último pelotón están los presidentes de los bloques opositores, como Diego Kravetz, Alejandro Rabinovich, Raúl Fernández y Juan Manuel Olmos. Este último solicitó que el bono, que tiene fecha original de vencimiento en 2012, caduque durante el mandato de Macri. Esto no causó gracia en el Ejecutivo.
Uno de los cuestionamientos que hacen los diputados opositores, en este caso D?Angelo, es que por ley se establece taxativamente que ?no se podrán realizar operaciones de crédito público para financiar gastos operativos, salvo que se autoricen por ley específica?.
Y agrega: ?(?) la propuesta en consideración (el proyecto original de Macri) propone la emisión de un título de deuda para cancelar obligaciones legítimas, dando a entender que incluye el financiamiento de gastos operativos sin ningún tipo de limitación y sin determinar que se trata de una ley específica. Y que, por otra parte, el Poder Ejecutivo no ha suministrado un detalle de las deudas existentes a las que hace referencia la mencionada iniciativa?.
Al pedido de Macri de no obligarlo a cancelar las letras de tesorería que por 300 millones emitió dentro del año fiscal 2009, los legisladores afirman que ?las letras del tesoro son para cubrir deficiencias estacionales de caja, que deben ser reembolsadas durante el mismo ejercicio financiero en que se emiten?. Y que en este sentido ?no resultan suficientes los motivos que justifiquen dicha operatoria?.
Por otra parte, respecto de la obras del Foiso, desde la oposición dicen que ?hasta el momento no se conoce un detalle de las obras ejecutadas o en marcha, y las escasas informaciones suministradas por los distintos funcionarios del Poder Ejecutivo han resultado parciales e, incluso, contradictorias?. Y que el Gobierno ?no ha aportado ningún informe desagregado que justifique el monto solicitado en el marco de la citada Emergencia Sanitaria? (los 200 millones que Macri dice que gastó para atender la gripe A).
Y que, claro, cómo van a aprobar otro endeudamiento si ?la ejecución del presupuesto 2008 dejó un déficit financiero de 651 millones y una deuda flotante de 1.919 millones de pesos?.
También, que los números de la ejecución presupuestaria al primer semestre arrojan una caída considerable en la recaudación, producto de la crisis económica y de un presupuesto que en su momento subestimó su impacto en la recaudación y estableció un esquema de gasto inapropiado. Por lo tanto, a la fecha, el nivel del gasto se ve limitado producto de la caída de los recursos y el impacto de la deuda flotante. Finalmente, se considera que no han podido contar con información clara acerca de contraer un nuevo endeudamiento.
En tanto, en el despacho de Ibarra y compañía se afirma que Macri heredó una ciudad que, desde el primer gobierno autónomo en adelante, constantemente tuvo resultados fiscales superavitarios que permitieron su desendeudamiento progresivo, con la única excepción del último trimestre de 2001 y el primero de 2002, donde la severidad de la crisis se llevó todo por delante.
Por otra parte indican que la persistencia del déficit fiscal durante 2009 y el desfase entre deuda e ingresos ha llevado a la utilización de instrumentos alternativos de endeudamiento. Como la suspensión de aportes previsionales, el atraso en los aportes para el hospital Garrahan o la desnaturalización de la autorización otorgada para emitir letras por el presupuesto. Porque lejos de hacerse frente a diferencias estacionales de caja, dicho instrumento se ha utilizado para enfrentar la magnitud de deuda flotante generada por esa administración.
Finalmente, indican que a través de un decreto se modificó una ley de la Legislatura para convertir la emisión del Foiso en un bono de proveedores, generando asimismo una línea de crédito del Banco Ciudad, que toma dichos bonos como garantía de préstamos por los que se cobra una tasa mayor y se duda que la pérdida la asuma el contratista. Y que esos esquemas en los que se mezcla el financiamiento de las obras con la participación de empresas contratistas que aceptan bonos como pago, pero que toman deudas a tasas mayores por otro lado, sólo pueden dar lugar a sobreprecios o, en todo caso, redeterminaciones, violando también de esta forma el límite a la tasa de interés fijada por la Legislatura.
Y, por lo tanto, que es necesario hacer un profundo replanteo del esquema de gastos del Poder Ejecutivo y que sin embargo, a pesar de ello, ?asistimos a la difusión de iniciativas faraónicas como el túnel debajo de la avenida 9 de Julio, el Central Park o el Centro Cívico en los terrenos del Borda y el Moyano, que están muy lejos de las prioridades de los ciudadanos de Buenos Aires?.
(NOTA ORIGINARIAMENTE PUBLICADA EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 203, DEL 27/08/09).