La Ley 26.522, conocida popularmente como Ley de Medios, es un hito en legislación referida a la comunicación. Al respecto, salió el libro Ley 26.522. Hacia un nuevo paradigma en comunicación audiovisual, que cuenta con el prólogo de Gabriel Mariotto. Hablamos con Mariana Baranchuk, una de las coordinadoras del libro.
?¿Cómo surge la posibilidad de hacer el libro?
?Fue una decisión de Gabriel Mariotto. A mí me convocó para que me ocupe de la coordinación del libro. Se sumó Gabriel Rodríguez Usé. Una de mis funciones fue ver el tema del título; qué parte y qué aspectos de la ley debían incluirse sí o sí; quiénes eran los mejores autores para dar cuenta de esos temas específicos. La convocatoria original fue para escribir sobre libertad de expresión con determinadas pautas y una unidad de criterio. Fue lo que terminó siendo la versión de la gestión de Gabriel y toda la historia de la ley en sí. Después, tenés temas específicos como ?Niños y adolescentes? y todo lo que tiene que ver con grupos en estado de vulnerabilidad. Por último, cómo nos ven de afuera. Esto es tan novedoso que tuvo mucho respaldo de Frank Rue, del campo académico y político, y del campo internacional.
?El subtítulo menciona un ?cambio de paradigma?.
?La ley habilita un cambio de paradigma comunicacional pero va mucho más allá. Teníamos una ley subsumida al concepto de seguridad nacional y ahora hay una ley que es congruente con el nuevo paradigma de los derechos humanos en términos internacionales. Está pensando la comunicación como un bien común de todos y todas. El libro va por ahí y se divide en tres patas fundamentales: libertad de expresión, participación y diversidad y pluralismo. Un artículo para cada uno de estos ejes especiales. Otra es ?los viejos actores? reasumidos y los nuevos actores, los medios públicos, medios universitarios, la cuestión comunitaria ?de los pueblos originarios? y también el papel de los trabajadores de la comunicación y la cultura.
?¿Cómo está la ley ahora?
?Está vigente y en proceso de aplicación. Desde que se promulgó le fueron poniendo trabas y tardamos un año para destrabarla del todo. A partir de ahí se reglamentó, pero cayeron medidas cautelares sobre artículos específicos o para grupos específicos. Estamos en un proceso en el que se abre el tiempo de gestionar para su cumplimiento absoluto.
?¿Qué modelos se tomaron para que la ley surgiese de esta manera?
?Se hizo un arduo trabajo de legislación comparada. Se pueden ver cosas que se han tomado tanto de recomendaciones internacionales de la Corriente Interamericana de Derechos Humanos como de algunos aspectos de leyes norteamericanas, canadienses y francesas. Se estudió mucho qué es lo que existe y, por sobre todas las cosas, se encuadró a la ley dentro de las recomendaciones a las que la Argentina había suscripto en tanto libertad de expresión, pluralidad y diversidad.
?¿Con la nueva ley cualquiera puede tener una radio?
?Depende quién sea ese ?cualquiera?. La puede tener cualquier sujeto físico, jurídico que, exceptuando determinadas circunstancias, esté habilitado a presentarse para un concurso. Con la normativa que había, de la época del Proceso, el sujeto privilegiado para ser prestador de radiodifusión era aquel con interés comercial. No podía ingresar quien no tuviera interés comercial, y el Estado estaba en un papel subsidiario con respecto a los privados. Solo podía prestar servicios en lugares donde el privado no llegaba, o sea, donde no había rentabilidad. Hubo un intento de cambiarlo con el decreto 1.214, en la etapa de Duhalde, pero Artear interpuso una cautelar y no se aplica. En cuanto a los ?sin fines de lucro?, en el gobierno de Néstor Kirchner se hizo una modificatoria en la ley para permitir su ingreso, pero el proyecto original cambió en el Parlamento. Si bien hubo un avance importante, las cooperativas de servicio público quedaban impedidas de prestar un servicio de radiodifusión. Con la legislación actual, tomando los recaudos para que no se conviertan en otro monopolio, las cooperativas de servicio público pueden ingresar en el cable. Hubo una medida cautelar sobre ese tema pero fue levantada.
?Usted habla de monopolio, pero también circula el temor de que se genere un monopolio mediático del Estado. ¿Puede ocurrir eso?
?No, para nada. Suele haber una confusión al respecto. No veo dónde puede haber y a qué se llamaría el monopolio estatal. Hay que fortalecer al sector público y al sector privado comercial y no comercial. Está muy bien que ambos existan.
?¿Cree que esta ley penetró en todos los estratos de la sociedad?
?En su momento, este tema no salía del ámbito de la facultad. Muchas veces hablábamos de la importancia de democratizar las comunicaciones. Cuando vemos a la población salir en pos de una legislación que antes era de un reducido grupo, y que ahora se haya transformado en una cuestión social plenamente asumida, es fantástico. Fue haciéndose carne la importancia que tiene para la práctica democrática que haya más de una voz. Y el desconfiar del emisor, incluido el Estado. Es decir, siempre la emisión es interesada y no existe la voz independiente. En ningún lugar existió, pero si yo digo desde dónde hablo, vos ya sabés cual es la mirada. Cuando vos escuchás la radio de Las Madres, sabés qué perspectiva tiene ese medio. Me parecería bárbaro que la Sociedad Rural (SRA) tuviese su medio y que sea su voz, pero que no me digan que la voz independiente es la voz de la SRA. O sea, todos diciendo desde dónde hablan para que todos puedan elegir qué es lo que se quiere escuchar.
?¿A la gente le importa la ley de medios?
?Eso va atado a lo que hablábamos antes. Es mucho más sencillo cómo se ve en términos inmediatos la Asignación Universal o una modificación en la educación de tus hijos. El otro día en el discurso, Cristina hablaba de las tres instancias de distribución o redistribución. Creo que también se va haciendo carne que, si no redistribuís la palabra, difícilmente puedas redistribuir la riqueza. Las voces siempre estuvieron pero lo que no había era una forma para hacérselas conocer al conjunto de la sociedad. Para eso, necesitás que la ley se cumpla, sino, estarían invisibilizadas. Cuando vos tenés que el 65 por ciento de lo que se transmite en las provincias argentinas proviene de Capital, las identidades de cada uno de los pueblos de la Patria están invisibilizadas. No es que no tengan reclamos o demandas, sino que no se saben y no las sabemos nosotros. Porque no tienen una forma o un medio para expresarlas.
?La ley está fantástica, pero estos nuevos medios, ¿pueden competir con Tinelli?
?Son diferentes cosas. La ley es un marco que permite la apertura. Si me decís que con la ley sola democratizamos las comunicaciones y mejoramos la calidad, te digo que no. Ahora, sin la ley, ¿habría alguna posibilidad de iniciar el camino? En absoluto. El cumplimiento de la ley es fundamental y después viene un lento camino de transformación cultural. Si vos me decís que tenés a Tinelli y a Canal Encuentro, ¿quién va a tener más encendido? Obviamente que Tinelli. Que esto cambie es un proceso muy lento y también se van a necesitar productos ?intermedios?. Se va a tener que explorar y abrir la posibilidad, algo que permite la ley, a prestadores con diferentes intereses. También se genera el camino de pensar nuevas estéticas, nuevas lógicas, nuevas agendas. Porque tener una radio para hacer la misma agenda que hace Mitre, pero en chiquito y con menos recursos, no tiene sentido. También tiene que haber una construcción de ciudadanía para ver hacia dónde va la cosa. Lo que no podemos hacer es obligar que la cosa vaya para un determinado lado. Hay que hacerse cargo y seguir trabajando en productos para ganar audiencia con una lógica distinta. Hay que pensar, por ejemplo, cómo se puede ser respetuoso de las cuestiones de género y de la totalidad de las audiencias, y que, al mismo tiempo, los productos sean algo entretenido para que la gente los quiera ver.
17 February, 2012 | 0:00