El jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, y el secretario de Justicia y Seguridad Urbana, Juan Carlos López, defendieron la regulación de la venta de alcohol, que comenzó a regir este lunes en la Ciudad de Buenos Aires. La norma prohíbe el expendio de bebidas alcohólicas en quioscos, maxiquioscos y establecimientos anexos a las estaciones de servicios u otros que presten servicios dirigidos a los automovilistas. También estipula que los supermercados, almacenes, restaurantes y bares no podrán vender bebidas alcohólicas de 23 a 8, salvo para consumo dentro del local o por sistema de delivery.
Consultado Ibarra en el programa radial "Claro y Sencillo", que se emite por América, acerca de la intención de la Unión de Quiosqueros de realizar un reclamos -inclusive judiciales- en contra de la norma, el jefe de Gobierno señaló: "Mire, han estado reunidos con funcionarios, subsecretarios, que son los que están encargados de hacer cumplir la ley, donde se les ha puesto (en conocimiento de) toda la normativa, y donde cada uno es dueño de presentar los recursos que quiera. Ahora, la verdad, es que a mí me hubiera gustado que durante todos estos años también la Unión de Quiosqueros hubiera hecho cumplir la ley de no venta a menores, ¿no es cierto?, porque aquí tampoco hubo una responsabilidad empresarial de hacer cumplir la ley y prohibir la venta de alcohol a menores", remarcó.
En sintonía, López sostuvo, en declaraciones efectuadas en Radio 10, que los quiosqueros "no tienen ningún derecho que defender, porque la habilitación de quioscos nunca permitió la venta de alcohol". "Nunca -añadió el ex procurador- estuvo permitido vender bebidas alcohólicas, sólo bebidas frías sin alcohol; con lo cual no hay ningún derecho que defender más allá de una costumbre que se había extendido más de la cuenta".
Tanto Ibarra como López señalaron que la nueva norma no es una "Ley Seca", como comúnmente se la llama, ya que no prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas sino que sólo regula su expendio.
"No está prohibido el consumo ni está prohibida la venta -puntualizó López-. Lo que se ha hecho es restringir las bocas de expendio, porque estamos hablando de una ciudad que tiene algo así como 16.000 manzanas; tenemos algo así como 13.000 quioscos o maxiquioscos. Lo que se pretende desde el Estado es dar una señal clara. Esto responde a un reclamo que venía en aumento, por parte de la propia comunidad", concluyó el funcionario porteño.