"No me preocupan demasiado las elecciones del año que viene, pero estoy muy bien en las encuestas y, en estos meses, habrá muchas operaciones políticas en mi contra", vaticinó la líder del Ari, Lilita Carrió, el domingo por la noche "La Cornisa", el programa que conduce Luis Majul.
"Yo siempre supe que voy ser lastimada por abrir la picada en Argentina. Pero alguien tiene que hacerlo porque nuestros hijos se merecen un país mejor. Esta clase de dirigentes, corrupta y degradada, va a desaparecer. Y yo no pienso debatir más con ellos, como lo hice en estos diez años, porque me enfermaron el cuerpo", destacó en uno de los tramos de sus declaraciones en los que Majul casi no podía meter bocadillo.
"Voy a ser lastimada por decir lo obvio, la verdad", continuó con su hipótesis de la "operación política". En ese marco, Lilita juzgó que "Argentina tiene un problema con la verdad; cada diez años necesitamos que alguien nos venda espejitos de colores, como fue el uno a uno".
En otro de los bloques, Carrió observó impávida la nota que enviaron, durante su presencia en el piso, sobre la continuidad de la corrupción en el Pami, que dirige su ex amiga Graciela Ocaña.
Al término de la entrevista, aseguró que el tema de la seguridad es "solucionable" porque es "político" y que "cuando el poder de la Provincia de Buenos Aires se siente acorralado, se toma la decisión, se investiga y las cosas se resuelven", apuntó en alusión a la liberación de Patricia Nine, producida el último fin de semana.
"No soy más ingenua: los delitos en la Provincia de Buenos Aires tienen protección política. Cuando eso deje de suceder, se soluciona el tema de la inseguridad". Carrió sugirió que el narcotráfico y los secuestros están "conectados". "No se trata de delitos separados, como pretenden hacernos creer", definió.
Y remató: "Y si no, pregúntenle a quien gobernó la Provincia en la última década".