Arte de los pueblos del Sur

Arte de los pueblos del Sur

Ciento veinte piezas entre platería, textiles, objetos rituales y de uso cotidiano se expondrán en el Museo de Arte Popular José Hernández, en una muestra organizada por la Subsecretaría de Patrimonio Cultural y la Dirección General de Museos


El Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a través de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural y la Dirección General de Museos, invita a la inauguración de la muestra "Mapuche; Arte de los pueblos del Sur" -organizada por el Museo de Arte Popular José Hernández y la Fundación Nicolás García Uriburu- que se realizará este martes 10 de julio a las 19 en la sede del Museo, Avenida del Libertador 2373.

La exposición -compuesta por 120 piezas- se extenderá hasta el domingo 16 de septiembre y puede visitarse de miércoles a viernes de 13 a 19 horas; y sábados, domingos y feriados de 10 a 20 horas. La colección exhibida, perteneciente a la Fundación Nicolás García Uriburu, abarca desde elementos rituales, platería y textiles hasta objetos de uso cotidiano que dejan testimonio acerca de las culturas primitivas del sur del continente americano.

Al ser las colecciones tan variadas como quienes las emprenden, ésta tiene la impronta de un artista que siente profundamente su origen latinoamericano y es consciente de su responsabilidad con la sociedad. Dentro de esa responsabilidad asumida por él está la de determinar que los destinatarios finales de su obra, así como de las colecciones que forman parte del museo de la fundación que lleva su nombre, sean los miembros de su comunidad, asegurándose de que su proyecto siga vivo.

La Fundación Nicolás García Uriburu se constituyó con la finalidad de preservar y difundir las manifestaciones culturales y artísticas de los pueblos originarios de América, tanto las del pasado como las del presente, y uno de sus objetivos fue formar esta colección, que abarca desde elementos rituales, platería y textiles hasta objetos de uso cotidiano, estableciendo un juego de representaciones que ponen en plena vigencia la sensibilidad y, sobre todo, el pensamiento de las sociedades indígenas contemporáneas.

El gran desafío que tiene en el presente el pueblo mapuche es conservar sus tradiciones y su identidad, a pesar de su inserción en una sociedad que le impone determinadas condiciones sociales, económicas, políticas y culturales.

A partir de la conquista y la colonización, se introducen especies vegetales y animales desconocidas para los habitantes primitivos. El trigo y la cebada, la oveja, el caballo y otros animales domésticos se adaptan con extrema facilidad; esto crea un vínculo de mayor permanencia entre el mapuche y el suelo.

Su visión del cosmos y la percepción del color de la naturaleza y de su bóveda celeste han establecido entre los mapuches una coherente simbología, la cual vemos nítidamente en sus manifestaciones artísticas.

A pesar de haberse perdido algunas técnicas decorativas complejas, que eran características de las primeras manifestaciones de alfarería en el pueblo mapuche, se siguen conservando las formas primitivas y las decoraciones de su cerámica. Vasos de formas asimétricas como los "jarros pato", que aparecen alrededor del año 500 d.C., se fabrican hasta el día de hoy de la misma manera que entonces.

En cuanto a la orfebrería en plata, se desarrolla entre los mapuches a partir del siglo XVIII, con un estilo reconocible que llega a su punto culminante en el transcurso del siglo XIX, cuando alcanza su auge. Esto es apreciable en la cantidad de piezas de esa época que han sobrevivido hasta el día de hoy en manos de coleccionistas y nos permiten admirar la gran variedad de formas y decoraciones que crearon estos magníficos artesanos.

La artesanía tradicional que tiene más vigencia es la textil. El hilado de los vellones de lana es ocupación de toda mujer mapuche, que, en los momentos que le dejan libres sus otras tareas, produce hilados de distinto grosor, según la prenda que piensa fabricar, frazadas, mantas, alfombras o fajas. Los motivos decorativos que utilizan muestran diseños típicos preincaicos, algunos incaicos y otros más tardíos, incluso hispánicos. Las mujeres son las encargadas de trasmitir a las futuras generaciones el lenguaje de los símbolos, historias, mitos y mensajes a través de los tejidos.

En lo ritual, mantienen aún sus prácticas originarias, y es tal vez el nguillatún la ceremonia que más los identifica. Con esta convocatoria, que varía según la comunidad y se realiza una vez al año, los mapuches no piden solamente por la fertilidad de sus campos o la fecundidad propia y la de sus animales, sino que también oran a sus espíritus para mantener viva su cultura.

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