Esta mañana se realizó en la Legislatura porteña la "Jornada de capacitación sobre análisis del presupuesto en la Ciudad de Buenos Aires", organizada por Poder Ciudadano y el Centro para la Implementación de Políticas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).
El encuentro tuvo como objetivo brindar a los legisladores y asesores que acudieron herramientas sobre cuestiones relativas al presupuesto de la ciudad. Durante la reunión, el CIPPEC ofreció un detallado análisis de la utilización del presupuesto 2000-2001 realizado por Miguel Braun y Laura Malajovich, responsables del área de presupuesto. Así se develó que de los 3.342,7 millones de pesos de presupuesto 2001, 2.529 millones (el 76 por ciento) se destinaron a Servicios Sociales, 512 millones (el 15 por ciento), fueron gasto de Administración de Gobierno 191,7 millones (el 6 por ciento) se destinaron a Servicios Económicos y 109 millones (el 3 por ciento) a los Servicios de la Deuda Pública.
A pesar de que el diagnóstico general fue que la ciudad habría alcanzado cierto orden en cuanto a la administración financiera (nivel de gasto, deuda, autofinanciamiento) y que presenta una estructura de asignación equitativa y un proceso presupuestario razonable, también se detectaron graves irregularidades. Entre ellas, la existencia de procesos de subejecución de partidas (se asignó menos dinero del previsto), subinversión (se destinaron menos recursos de los necesarios a áreas claves) e incluso sobreinversión (asignación de recursos desproporcionados y sin justificación).
SUBEJECUCIONES, SUBINVERSIONES Y SOBREINVERSIONES
– De los 383,09 millones previstos en el presupuesto 2000 para gastos en capital (inversiones públicas), sólo fueron ejecutados 236,55 millones.
– El sector sur de la ciudad, cuyo desarrollo tiene como objetivo compensar las desigualdades zonales, registró una subinversión de 4 millones de pesos. También registraron subinversión la promoción turística y la creación de empresas de base tecnológica.
– Entre los casos de sobreinversión el más llamativo fue la partida asignada al "programa práctica rentada del golf", que tiene como objetivo "la realización de torneos para profesionales del rubro y aficionados". Este plan recibió una suma de 1,44 millones. El caso del Parque de la Ciudad también despertó sorpresas entre los propios asesores: recibió una partida de 5, 135 millones, sin siquiera especificar los detalles de la distribución. También, según los analistas, el presupuesto asignado al "mantenimiento del parque automotor" (que comprende a todos los automóviles, playas y depósitos oficiales) fue excesivo: recibió 8,445 millones de pesos.
PARTICIPACIÓN VECINAL
Uno de los puntos clave del encuentro fue intentar dar comienzo al rol de los ciudadanos en la definición, elaboración y control del presupuesto.
"Ante el diagnóstico consideramos que una forma de fortalecer el sistema presupuestario, priorizar el gasto, optimizar la asignación de recursos y agregar transparencia en el proceso de ejecución es a través de la participación de los vecinos", afirmó Virginia Lencina, coordinadora del Programa Presupuesto Participativo de Poder Ciudadano. Ella y Miguel Pellerano, director del área, fueron los encargados de exponer acerca de las ventajas que tendría la participación de los vecinos tanto en la elaboración como en la definición y control del presupuesto de la ciudad.
De hecho, desde la sanción de la Constitución de la Ciudad -en 1996- está prevista la promulgación de una ley que reglamente la manera en que los vecinos se incorporarán el debate presupuestario. Sin embargo, aún vencido el plazo de 5 años, la norma nunca fue debatida.
Seis proyectos fueron presentados en la Legislatura para llenar este vacío. Sus respectivos autores son: Ariel Schifrin (Frepaso-Alianza), Beatriz Baltroc (ARI), Fernando Caeiro (UCR-Alianza), Jorge Srur (Bloque Justicialista), Marta Oyhanarte (Acción por la República) y Roy Cortina (Frepaso-Alianza). De todas estas propuestas, solamente la de Caeiro y la de Oyhanarte mantienen estado parlamentario (Ver documentos adjuntos).
Según se manifestó en el encuentro, la adeudada incorporación de la participación de los vecinos serviría, no sólo para establecer nuevas prioridades para el gasto sino que también funcionaría como idóneo mecanismo de control. De hecho, la Auditoría General de la Ciudad recién acaba de presentar el informe de gastos realizados en 1998 y debe todavía los desembolsos de 1999 y del 2000.
