Un salón repleto de funcionarios, asesores y medios de prensa en el tercer piso de la Casa de Santa Cruz -tal cual anticipó en exclusiva NU, no en el Club El Progreso-, fue el escenario elegido para presentar en sociedad el "Frente Pro Caducidad de los Mandatos", en el cual estuvieron presentes Elisa Carrió, Néstor Kirchner y Aníbal Ibarra.
Las negociaciones para llegar al encuentro fueron arduas, de las cuáles participaron Alberto Fernández, Rafael Romá y Ariel Schifrin. Allí se definió la mecánica y el alcance de los acuerdos para la ocasión. Por cuerda separada, la movida tuvo un correlato legislativo previo con la presentación del Proyecto de Ley en el Congreso, que tuvo añadidos algunos párrafos al preexistente de puño y letra de Vilma Ibarra. Este será fogoneado en el Senado por la misma Ibarra y en diputados por el Interbloque que conduce Elisa Carrió.
Tanto Kirchner como Carrió insitieron en sus alocuciones que este frente común tiene como único objetivo lograr la caducidad de los mandatos. El jefe de Gobierno, Ibarra, en cambio, prefirió adelantar en su idea de coalición y dejó una puerta abierta para llevar este acuerdo al terreno electoral. "Es una posibilidad", dijo.
La chaqueña más cauta prefirió hablar de políticas institucionales y pasos cortos, graficando la situación como un terremoto: "lo primero que tenemos que hacer es recoger los escombros".
La renuncia de Carlos Reutemann les cambió el escenario a todos. Carrió se imagina un todo o nada contra Carlos Menem en la general, algo que tampoco le disgusta a Kirchner, pero en el plano de la interna justicialista, mano a mano en todo el país. En el entorno de Ibarra, quién tiene desgajado el partido que preside, visualizan casi como única tabla de salvación "colgarse " de Lilita en Capital, y por ello aceleran, hasta dónde Carrió les permite, las gestiones en ese rumbo. La saben a la diputada chaqueña deficitaria a la hora de mostrar gestión y gentilmente le ofrecen la suya como propia.
Pero en el campamento de Carrió temen que los puntos oscuros de la gestión Alianza, tanto la nacional como la porteña, salgan a la luz – imaginando una hipotética Nueva Alianza con Ibarra- en una campaña que promete no perdonar ni el mas mínimo error y que ya se cobró la primera víctima, el gobernador santafesino.Tiemblan con que se repita el final del promisorio "Molino"que parecía que todo lo podía.
La reforma o no de la Constitución es otro de los temas que los separa. Mientras el santacruceño- el más sólido a la hora de las definiciones- tiene su provincia prolija y no es partidario de la misma, Ibarra envió ayer a la Legislatura su proyecto. (ver aparte). Justamente ayer, en ese ámbito el jefe de Gobierno perdió el apoyo del Interbloque porteño disgustados con los que organizaron la operación Carrió. Quizás ese hueco de cinco votos los cubra el ARI porteño, en el caso que la primera dama chaqueña decida no desconectarle el pulmotor a un gobierno complicado.