Daniel Bagnoli tiene toda la pinta de tipo simple, con look sesentista pero con pensamiento moderno. Fue y es presidente del CEPAS (Centro para la Acción Solidaria), entidad que aglutinó a todos aquéllos que lucharon por impedir que el intendente Osvaldo Cacciatore partiera Saavedra en dos por la construcción de la Autopista 3. El padrino del CEPAS no era otro que el "Polaco" Roberto Goyeneche. Por ese motivo, ese centro fue declarado "Sitio de Interés Cultural". Hoy Bagnoli sigue siendo el mismo de antes, pero ingresó como sangre nueva a la política. Y hace lo mismo que antes, pero desde la Dirección del Centro de Gestión y Participación Nº 12.
"Todos los que conozco que pasaron del espacio no gubernamental al funcionariato perdieron", afirma Bagnoli cuando explica las dudas que tenía en el momento que le propusieron asumir -el año 2001- como delegado vecinal. Eran épocas de la Alianza y sin embargo un nutrido grupo de peronistas concurrió con un micro y bombos para saludar la llegada a la actividad política de un "compañero" de tantas andadas.
"Tenemos 40 talleres que se autogestionan y 1.400 inscriptos, algunos concurren al CGP y otros al hospitalito de Triunvirato y Manuela Pedraza". Aprenden idiomas, diferentes ramas de la cultura, manualidades y oficios entre otras cosas. "También creamos el Consejo de la Comunidad, que trascendió al Presupuesto Participativo, ya que no es un Consejo Asesor creado a tal efecto sino que sigue funcionando en comisiones con sesenta y nueve ONG’s".
Bagnoli se muestra partidario de que en Saavedra funcione la fiscalía barrial, pero afirma que, además, debería haber una fiscalía contravencional para lo que no son delitos, obviamente unificada con aquélla.
La última actividad de Bagnoli fue desplegar a la "Comunidad en acción", un evento al que concurrieron 120 instituciones y que se realizó en la calle Álvarez Thomas. "Podría haberlo hecho en Triunvirato y Monroe y me garntizaba multitudes, pero lo interesante es saber dónde estamos realmente parados y la verdad que fue un éxito".
"Para llegar a las comunas hay que seguir descentralizando", afirma Bagnoli. Y hace hincapié en dos cuestiones que constituyen el 80 por ciento de las demandas del vecindario: el desramado y el mantenimiento de las veredas. "También la iluminación es un problema que no tiene lógica que se resuelva centralizadamente, ya que hacemos 40 cartas y la solución llega tres meses más tarde, lo que constituye todo un festival de burocracia", concluye el director del CGP 12.
