Cuenta fácil: un edificio igual un muerto

Cuenta fácil: un edificio igual un muerto

Más de una persona muere por día en nuestro país trabajando en la construcción. Una matanza silenciosa que podría evitarse si se respetaran las mínimas normas de seguridad. Buenos aires representa más del 50% de la construcción. Precisamente, el pasado lunes 4 dos obreros murieron en Recoleta, frente al palacio Pizzurno, al caer de un andamio. Trabajaban en un noveno piso de una obra en construcción de Marcelo T. de Alvear al 1700. El accidente habría ocurrido al romperse un tirante que sostenía la estructura


El auge de la construcción trae felicidad a los gobiernos y a las economías locales. Es la actividad económica que más creció y la que más aspira a crecer en los próximos años, pero no todo es color de rosa. A la par de ese crecimiento exponencial se presenta uno terrible: la cantidad de personas que mueren relacionadas a esta actividad. Según estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, más de una persona muere por día en nuestro país mientras trabaja en la construcción. Esta tremenda cifra secunda la siniestra estadística que tiene en el podio a las muertes por accidentes
en minas y canteras. Y en un tercer lugar, también rondando una muerte por día, a las personas que trabajan en la agricultura.

Precisamente, el pasado lunes 4 dos obreros murieron en Recoleta, frente al palacio Pizurno, al caer de un andamio. Según informaron fuentes policiales, el accidente ocurrió cuando los trabajadores estaban sobre el encofrado de madera con el que se construiría un balcón bandeja, sobre la calle Marcelo T. de Alvear 1685, entre Rodríguez Peña y Montevideo, frente al Palacio Pizzurno.

Un tirante que sostenía la estructura de madera se rompió, lo que provocó la caída de los dos hombres, uno de los cuales se precipitó nueve pisos y fue a dar en la entrada de un hotel lindero y falleció en forma casi instantánea, dijeron las fuentes. El otro cayó hasta el balcón bandeja del primer piso de la obra, que una vez terminada tendrá 13 pisos, y fue trasladado al hospital Fernández, con politraumatismos muy graves, donde los médicos no pudieron salvarle la vida y murió cerca de las 17.

Al respecto, Alejandro Pereyra, subsecretario de Trabajo del Gobierno de la Ciudad, sostuvo: "La UOCRA había efectuado una denuncia hace un año atrás por faltas de medidas de seguridad en esa misma obra. La UOCRA tomó una política sindical en el año 1997, luego de un accidente en Leandro Alem y Córdoba, ese año. Dentro de la Dirección de la Protección General del Trabajo, se inició un sumario en septiembre del año pasado. Y en marzo tendría que haberse hecho otra inspección. En Mayo me hice cargo, pero hay 12 mil expedientes que hay que sacar. Hay de todo, desde situaciones riesgosas como graciosas. Yo también estoy anonadado desde hace 4 meses. La forma de frenar las obras tienen plazos y formas legales. Tendría que tomarse como una política de Estado".

Aunque no hay cifras oficiales sobre la cantidad de muertes producidas en la Ciudad de Buenos aires, es simple trasladar los números cuando se piensa que más del 50% de la actividad de la construcción se está desarrollando en la
Capital Federal.

Los lamentables accidentes que se han producido en los últimos días en obras en construcción revelan qué poco se ha avanzado en el cuidado de esta actividad de alto riesgo. La modificación de la ley de Aseguradoras de Riesgos de Trabajo debe ser prioridad en la agenda legislativa, pero también el control de la situación de miles de trabajadores que cotidianamente exponen el único capital que poseen.
Yesto se advierte basándose en las estadísticas oficiales realizadas sobre las muertes denunciadas, porque muchas quedan impunes porque a veces los accidentes laborales no son denunciados porque hay un número muy importante
de trabajadores indocumentados, y por lo tanto, no son investigados.

Por otro lado, la reciente caída de un obrero en el hueco de un ascensor de una obra en construcción en el barrio porteño de Palermo no hace otra cosa más que exhibir el estado de
inseguridad en el que trabajan los obreros en las obras porteñas. Reiterados informes de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, de la Defensoría del Pueblo de la Nación, organismos de derechos humanos y organizaciones sindicales en la Argentina dan muestra de las falencias del sistema de seguridad laboral: "Trabajadores sin casco, sin botas de seguridad, sin guantes. Andamios y arneses, viejos y en mal estado. Falta de iluminación (la mayoría de las obras se desarrollan en horarios nocturnos) y de señalética. Ausencia de cobertura médica por accidente de trabajo, ningún tipo de seguro social, trabajo a destajo y bajo amenaza de despido,
sueldos menores a los pactados por contrato", marcan los
informes. O sea, lo que los distintos organismos de control denuncian es "el no respeto de la ley", en general, "son accidentes que pudieron haber sido evitados si se hubiera
cumplido con la normativa".

Aunque las mayores infracciones en las construcciones se
cometen en lo relativo al riesgo de caídas, escasa o falta de protección en andamios o lugares de mucha altura, el Plan de
Seguridad y Salud en las Empresas debe contemplar además
otras muchas medidas, tales como la protección de los trabajadores ante las temperaturas extremas tanto de calor como de frío.

Según las ultimas cifras aportadas por el INDEC en el mes de
junio la actividad en el rubro de la construcción creció 24,7% con respecto al año anterior, alcanzando un registro no observado desde 1993. De acuerdo al informe de coyuntura del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC) en julio se incorporaron 53.935 nuevos trabajadores. Y, aunque las obras actuales requieren trabajadores capacitados en las nuevas tecnologías aplicadas a la construcción y actualizados en seguridad, pocas empresas constructoras cumplen con su parte.

Paradójicamente, al mismo tiempo que alguien está perdiendo
su vida, el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, desarrolla una campaña feroz contra el trabajo en negro. En recientes reuniones con legisladores el titularde la cartera laboral destacó la necesidad de reformar la normativa referida a la ley de Aseguradoras de Riesgos de Trabajo
(ART), instaurada durante la década pasada en nuestro país. Ya en anteriores oportunidades, funcionarios y legisladores habían señalado deficiencias de la actual legislación que debían ser corregidas.

Los esfuerzos para actualizar la legislación laboral resultan loables, en la medida que sean parte de un mayor esfuerzo por garantizar condiciones dignas para el desarrollo laboral, y en tal sentido no parecen ser suficientes las normas sin una adecuada proyección en las diversas actividades, donde
crece la informalidad y se percibe una mayor precarización.

EL MUNDO SOBRE ELEFANTES, EL ALTO PALERMO SOBRE PERSONAS

Una de las representaciones más antiguas del Cosmos, de origen hindú, es la siguiente: en un inmenso océano de leche rodeado por la cobra sagrada (la serpiente de la eternidad) nada una enorme tortuga, sobre cuyo caparazón cuatro elefantes se encargan de sujetar la Tierra (obviamente plana) por los cuatro puntos cardinales. Hace tan sólo unos 3.000 años de los 13.700 millones de años de vida de este universo,
los elefantes sujetaban el mundo.

Cuentan los obreros que por el último año de la década del 80, mientras se construían los cimentos del Shopping de Palermo, en el descanso de un día soleado, seis obreros de
origen desconocido -se rumora eran peruanos "o algo así"- fueron enterrados bajo cemento fresco (qué ironía, se le dice fresco pero quema) cuando dormían la siesta. Cuentan que
las máquinas retomaron la actividad sin darse cuenta que estos seis hombres descansaban bajo la zona en la que hoy están las escaleras mecánicas centrales. Eso nunca salió en las noticias, pero todos los obreros que allí trabajaron recuerdan cuando caminan por el paseo de compras que el Shopping está sostenido sobre seis personas.

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