El ministro de Espacio Público y Medio Ambiente de la administración Pro, Juan Pablo Piccardo, defendió este miércoles el pliego que elaboraron sus asesores, a la vez que criticó con dureza el contrato que está en vigencia, elaborado en los tiempos en los que Aníbal Ibarra era jefe de gobierno.
"Si observamos lo que recibimos, notamos que los tres objetivos prioritarios del contrato de la recolección de residuos están bastante mal. 1º) La ciudad está sucia. Una encuesta realizada para que la gente evaluara el servicio, arrojó que el 70 por ciento de los porteños veía sucia a la ciudad; 2º) En 2007 se incrementó la producción de basura en un 12 o 13 por ciento, es decir que se incumplió la Ley de Basura Cero; 3º) El rol de los cartoneros está hoy en manos de Dios, sin aportes gubernamentales", disparó sin miramientos el titular del área.
Pero las críticas de Piccardo no se detuvieron. "La ciudad estaba a la deriva. Desde enero estamos buscando introducir algunos cambios", antes de comenzar otra vez con los ordinales.
"El primer cambio es que el plazo del próximo contrato será a diez años, porque de esta manera se mejoran las posibilidades de inversión para las empresas y el contrato no es más un commodity". Aclaración: el commodity es un producto de baja tecnología y fácil comercialización. Piccardo insistió varias veces ese concepto a lo largo del reportaje.
"El segundo cambio es que vamos a reducir la cantidad de zonas de recolección en manos de los privados, que hoy son cinco. Es más difícil controlar a cinco empresas que a cuatro. La otra, que el costo actual es mayor. Planteamos tres zonas. Incluso se reduciría la zona a cargo de la ciudad, que operaría sólo Villa Riachuelo, Villa Soldati y Villa Lugano, sin Liniers ni Mataderos", dijo el funcionario.
"El tercer cambio consiste en que vamos a instalar contenedores en el 100 por 100 de la ciudad. Éstos van a ser similares a los actuales en el 70 por ciento de la ciudad, pero en las zonas de mayor generación vamos a instalar contenedores más grandes", precisó, recogiendo el guante de la oposición y de algunas ONG’s que atacaron los pliegos basándose, entre otros, en ese punto.
"El cuarto cambio es que la licitación va a ser internacional, porque aspiramos a que vengan empresas que traigan mejor tecnología, con grandes camiones que en un minuto recojan los contenedores de una cuadra y que utilicen las barredoras silenciosas que trabajan de noche, entre otros avances?, simplificó el ministro.
Uno de los puntos fundamentales de una licitación que genera polémicas desde antes que se produzca, es la reorganización de los sistemas de barrido y limpieza, a los que Piccardo calificó como "demasiado manuales". "Actualmente se empieza a limpiar la calle a las ocho de la mañana, cuando la ciudad se llena de gente. Es decir, la hora en la que empieza a ensuciarse. Eso cambiará: se va a empezar a limpiar a las cinco de la madrugada, para atacar a la suciedad cuando la gente duerme. De esta manera, vamos a presentar una ciudad limpia a las ocho de la mañana", se ilusiona el burócrata.
Sin embargo, una de las cuestiones polémicas es el sistema de pago que propone el nuevo pliego. El funcionario intenta minimizar el impacto: ?dos tercios de los servicios, los que corresponden a barrido y limpieza, se pagarán por Área Limpia, el tercio restante, que es el servicio de recolección, se pagará por tonelada recogida. Éste es un incentivo para que los recolectores no dejen nada sin recoger?.
El ministro no hizo demasiado hincapié en las críticas al pliego, y destacó que la campaña educativa que llevará adelante el gobierno estará basada en el ?sentido de pertenencia?, en lo positivo de encarar ?un cambio que parecía imposible? y en el ?compromiso conjunto? del gobierno, las empresas y la gente. Esperemos que no siga los pasos de su compañero de gabinete, Mariano Narodowski.
"LOS PEORES TIEMPOS DE GROSSO"
El diputado Eduardo Epszteyn, al igual que Piccardo, no trepida en contestar con agudeza. ?Piccardo, a ocho meses, aún no designó ni al subsecretario de Higiene Urbana ni al director general de Limpieza, precisamente los dos funcionarios que deben ocuparse de que las empresas concesionarias cumplan con su labor. Los que figuran ni siquiera pueden firmar documentos públicos porque no les dan la autorización, parecen funcionarios virtuales?.
?Macri dijo que acá se acabó la joda, pero la joda empezó con Telerman y sigue con él?, continuó el legislador. ?Para colmo, ahora enviaron a la Legislatura un pedido de ampliación de partida de 410 millones para las empresas concesionarias del servicio de recolección y otro de 60 millones para pagar a la Coordinación Ecológica del Área Metropolitana (CEAMSE), mientras reducen las becas escolares?.
Epszteyn agregó que ?esta propuesta es una vuelta a los peores tiempos de Grosso, a la vez que desconoce todos los avances en la legislación ambiental. Sería bueno que Piccardo volviera a leer los informes de la Auditoría de aquel tiempo, para ver como eran las cosas y no las repita?.
(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 152, DEL 04/09/08)



