Los únicos cuadros que quedan son los de Eva y Perón

Los únicos cuadros que quedan son los de Eva y Perón

Si la política es el arte de lo posible, las rencillas entre sectores que fueron aliados, transformaron esa
relación en un imposible. Se rompieron códigos y se dijeron cosas que enloquecieron a los K (y al ibarrismo).


En breve sinopsis podemos recordar que Alberto Fernández no ganó nunca una elección en la Ciudad desde que es jefe de Gabinete; que durante todos estos años las quejas de la militancia fueron in crescendo con el perfil que tomaba la conducción albertista del espacio; que los candidatos fracasaron siempre, más allá de alguna alegría absolutamente pasajera; que con la Presidenta Cristina Fernández como candidata, el kirchnerismo sacó acá los mismos votos que con Rafael Bielsa, quien en su no campaña chocó mal la calesita; que desde el 2003 en adelante el gobierno nacional funcionó como garantía de Aníbal Ibarra, en sus triunfos electorales, en la salida de la crisis, en el juicio por la tragedia de Cromañón a pesar del resultado y en la posterior vuelta al ruedo el año pasado, con los colores K.

Entretanto, en el distrito, todos los jugadores con cierta capacidad eran chupados por la maquinaria nacional y desactivados de la política porteña, ignorados o enviados al exterior sin mayores razones, dejando una zona como la Ciudad de Buenos Aires desprotegida, con escasez de cuadros pensantes, con jóvenes, algunos valiosos, todos sin experiencia, y centralmente sin política, algo que se nota ahora más que nunca que tienen que arrebatarle a Mauricio Macri el liderazgo.

Y pasó lo que tenía que pasar y como siempre pasa en estos casos nunca es de la mejor manera. Víctor Santa María le reprochó mediante un artículo en Clarín al Tío Alberto que el PJ porteño no había sido tenido en cuenta en el reparto del esquema peronista nacional que conduce Néstor Kirchner. Por aquéllos días el Gobierno y el grupo Clarín mantenían un duelo áspero, estratégico, pero algo ridículo en las formas, ya que el Gran Diario Argentino mintió cuarenta días, o sea hasta el miércoles pasado y ya no miente más: un delirio. Las aguas se dividieron entre "la justicia del reclamo" que Víctor asumía con "valentía" y la "inoportunidad de pegarle al jefe" de las negociaciones en pleno combate. Y allí empezó otro combate.

Consultado por este semanario, Santa María no quiso ahondar las diferencias con Alberto Fenández. "Creo interpretar que es el momento de marcar la cancha, definir las políticas y con quién las llevaremos adelante, nuestro límite es Aníbal Ibarra, el pasado fracasado no puede volver a intentar conducir el futuro, sería un suicidio para el gobierno nacional", define Santa María. "El problema no es Alberto, sino la falta de política para el distrito. No hay problemas con la transversalidad ni con en el Frente de la Victoria, es una herramienta útil, pero hay que pensar también para quiénes y para qué, qué necesita Néstor Kirchner de la Capital y construir con los mejores cuadros desde aquí la propuesta que más le aporte al Gobierno".

El vicepresidente segundo de la Legislatura, Juan Manuel Olmos, en una versión menos belicosa, piensa lo mismo que Víctor- reafirma a su vez que "la diferencia es que con los Ibarra hay pelea mientras que con Alberto el reclamo es que se haga cargo de la política de este distrito, tan importante para el humor nacional respecto del Gobierno. Si algo le faltaba a Ibarra es salir a diferenciarse del Gobierno en la primera gran disputa acerca del reparto de la riqueza en este país. Desde nuestro espacio político, que hoy gobierna la Argentina y siempre le dio todo el apoyo, es intolerable", finaliza el segundo de Alberto en el PJ.

Desde el entorno de Ibarra no entienden a que viene el cuestionamiento ya que Aníbal no va a ser ni candidato del PJ ni del Frente para la Victoria. "Tiene su propia estructura, Diálogo por Buenos aires y con ella vamos el año entrante". Cuando le critican a Vilma por haberse ido del bloque en Diputados, el mismo vocero sostiene que "además de tener una excelente relación con Tomada, Vilma salió a ?bancar´ la campaña, puso la cara en todos los debates televisivos y radiales defendiendo a este gobierno. Además ¿desde dónde se contiene a los transversales como Ariel Basteiro, Victoria Donda o Cecilia Marchant, por ejemplo?".

Y remata: "Lo que quiso decir Aníbal en el reportaje es que el Gobierno no puede pagar los costos políticos por algunos errores (piensa en D’ Elía y Moreno), costos que no debió haber tenido ya que eso le impide mostrar y sacar a la luz los logros, eso es todo", finaliza.

Gonzalo Ruanova, legislador ibarrista y protegido de Vilma, entiende que "lo que está en juego es el modelo de oposición a Macri, y uno de los más visibles hasta ahora es el de Aníbal, así de fácil. Es por eso que tenemos buenas relaciones con algunos integrantes del Frente para la Victoria que no se la quieren hacer tan fácil a Macri, y para eso Alberto es muy pragmático", sentencia el joven diputado.

Al chisporroteo lo sigue una tensa calma, y seguramente a la hora que esta revista vea la luz, el Tío y Víctor ya se habrán sentado a diseñar una nueva etapa de esa relación que necesita retoques. Los apoyos para Víctor llegaron desde el MTD Evita de Emilio Pérsico, del sindicalismo de Andrés Rodríguez, del ex ministro Alberto Iribarne y aunque con algunas diferencias, también del secretario de Culto y referente porteño Guillermo Oliveri, a quien le pareció inoportuno el momento de las críticas al jefe de Gabinete.
A propósito, el ex jefe del bloque del PJ en la Legislatura y actual funcionario de Cancillería afirmó a Noticias Urbanas que "se debe ser muy cuidadoso, porque se está gobernando, no estamos hablando desde el desierto, aunque las críticas son correctas: parten de una realidad ineludible, es imperioso en la Ciudad la reconstrucción de un partido moderno, de cuadros, que sume al proyecto nacional y que obviamente esté alineado al Gobierno y no a la oposición (por Macri), aunque eso no se logra sólo con edificio nuevo. No podemos darnos el lujo de expulsar de cualquier forma a dirigentes valiosos y experimentados mientras no están listos los recambios. A veces pienso que algunos compañeros se pasan de chupamedias y corren directo a la solicitada, cuando en realidad lo que falta es capacidad política para torcer la situación".

Para terminar, Oliveri confirmó que no está alineado con Daniel Scioli, y que además de bonaerense de Baradero es amigo tanto de José Scioli como de Daniel, pero que por ahora sigue "con los pies adentro de este peronismo porteño, del que no me fui nunca, estoy al tanto de todo y esta claro que sigo con Alberto", finalizó.

Si la guerra es la continuación de la política por otros medios, el negocio para los próximos días es vender cascos y chalecos, miras infrarrojas y borceguíes.

El Gobierno nacional no se puede permitir el lujo del desarreglo en un distrito tan clave como adverso.

Algo había que hacer. Santa María se animó y se armó lío. Se sale con más política o no se sale: sería importante que recordaran los noventa y las intervenciones; quizá, después de tamaño susto, asome una idea-fuerza.
Cuando suceda, seguimos.
Hasta pronto.

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