Los bloques minoritarios que integran la Legislatura porteña no apoyaron al Frente Grande, la UCR y parte del PJ en su intento por aprobar este jueves el proyecto de Reforma Electoral que impulsó el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pese a que están de acuerdo con la necesidad de eliminar las listas sábana y con la necesidad de que se produzca una reforma política, consideran que la iniciativa "reduce la representación política de los partidos minoritarios en el Parlamento porteño".
El diputado porteño por Izquierda Unida, Patricio Echegaray, sostuvo que "estoy convencido de que, tal como se presentan las iniciativas, ellas constituyen un nuevo fraude a nuestro pueblo, esta vez, específicamente, al de la Ciudad de Buenos Aires. Se me podrá decir que hace ya tiempo que el tema ha sido puesto en agenda y se han presentado proyectos de ley. Ello es cierto. Pero no es menos cierto que los variados intentos han resultado fallidos a nivel de las Comisiones respectivas, y ello se ha reflejado especialmente en los debates de reuniones de asesores de los diputados".
Echegaray explicó en la carta enviada a los legisladores cómo el proyecto que originalmente impulsaba el Ejecutivo, en el que se planteaba dividir en cuatro regiones la Ciudad y éstas a su vez en varias áreas, como resultado de lo cual la mitad de los diputados se elegiría por sistema proporcional y la otra mitad por sistema uninominal alemán, se dejó de lado luego de una reunión realizada por la Comisión de Asuntos Constitucionales con especialistas, consulta que tuvo un resultado adverso al esperado por la jefatura de Gobierno.
Según el diputado por IU "después de esto, la iniciativa fue prácticamente relegada, hasta el mes de diciembre de 2002, en que apareció curiosamente una nueva propuesta: dividir la Ciudad en dos áreas, sin otras divisiones, y elegir con sistema D’ Hont diputados por cada área y el resto de los diputados por la Ciudad como distrito único. La curiosidad es que, esta vez se reunieron en lobby primero los que estaban de acuerdo y recién después se convocó al resto, no de los diputados, sino de los asesores de la Comisión de Asuntos Constitucionales, para comentar el presunto proyecto, que no tenía ni siquiera estado legislativo".
Para Echegaray "la ley que se quiere aprobar, en cualquiera de sus versiones, es invocada como respuesta a los cambios que el pueblo reclama con particular empuje desde las heroicas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. Y eso no es cierto, no se trata de ninguna respuesta, sino de un engaño. Ya se expresaron los especialistas y quedó claro que lo que se afirma no es verdad. Ni se fortalece la responsabilidad de los candidatos, ni se asegura la intervención de las minorías en la Legislatura, ni el acceso de candidatos independientes".
"En conclusión -añadió- la tan mentada reforma sólo haría aumentar el piso de la representación electoral necesaria para alcanzar un diputado, apuntando claramente a reducir la representación política de aquellos partidos que con su crecimiento amenazan con ocupar el vacío dejado por el PJ, la UCR y el llamado progresismo. Se trata de un hecho de enorme peligro, que excluiría a sectores cada vez más amplios de la ciudadanía de toda representación política".
El diputado del Partido de la Ciudad, Jorge Giorno, manifestó que "es una estafa política pretender cambiar una lista sábana por dos sabanitas. No sólo eso, sino que cada una sería más extensa porque le incluirían un paño y la gente tendría que elegir más cargos. Además esta reforma sólo intenta beneficiar a los partidos mayoritarios y de esta manera dicen que producen la reforma electoral", criticó el diputado del Partido de la Ciudad".
"El proyecto, al que me opongo, que intentan aprobar mañana en la Legislatura porteña viola el artículo 69 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo texto garantiza la representación proporcional y la presencia de minorías en la Legislatura. Con la ley actual, un partido político necesita 35.000 votos para poder acceder a una banca en ese cuerpo, pero con la reforma propuesta, aunque obtenga esa cantidad de sufragios no lograría ninguna diputación", fundamentó Giorno.
"Si quieren romper verdaderamente con la lista sábana -agregó- deberían cortar los paños de la boleta y permitirle al ciudadano elegir independientemente cada una de las categorías que se votan y además tachar a los candidatos con los que no acuerdan u optar por otros, el llamado sistema de tachas o preferencias".
Por su parte el legislador porteño, Jorge Mercado (Movimiento Generacional Porteño) dijo que "la reforma electoral que proponen algunos legisladores oficialistas para la Ciudad es mentirosa, hipócrita y de difícil cumplimiento a 90 días de las elecciones", al tiempo que destacó que "Ibarra igual lo hace para lavarse las manos, después de dos años de estar discutiéndose el proyecto en la Legislatura porteña".
Mercado destacó que "hace dos años que estamos con esto y ahora Ibarra pretende que en una semana se arregle todo" y agregó que "el apuro del jefe de gobierno se debe a que mañana debe firmar el decreto convocando a elecciones para el 8 de junio".
El legislador anticipó su voto negativo al proyecto, al explicar que "conspira contra los partidos minoritarios, consolidando el bipartidismo en la ciudad de Buenos Aires". Luego agregó que "una reforma electoral no se puede hacer especulando políticamente, porque de esta forma Ibarra repite lo mismo que critica en los gobernadores de otras provincias".
En el mismo sentido, el diputado por el Partido Obrero, Jorge Altamira señaló que "el único propósito de la reforma política que impulsa Ibarra es eliminar el principio democrático de la representación proporcional, y consumar el vaciamiento definitivo de la Legislatura. La división de la Ciudad en zonas no permitirá una mayor representación popular. Por el contrario, facilitará la manipulación de las listas por parte de los monopolios inmobiliarios y contratistas que sostienen a los Ibarra y a los Macri".
La legisladora Marta Oyhanarte (Bases y Puntos de Partida) manifestó que "Ibarra se aseguró la lista sábana", al "proponer una ley electoral sin tiempo material para ser discutida y sin contar con los votos necesarios para su aprobación".
Luego de destacar que "el electorado no tendrá tiempo entre el 25 de mayo, fin del proceso electoral nacional, y el 8 de junio, fecha caprichosamente fijada por Ibarra para las elecciones porteñas, de llegar a conocer las propuestas de los candidatos", Oyhanarte afirmó que "este apuro es sumamente oportuno para quien sólo tiene para exhibir una pésima gestión de gobierno que dificilmente soportaría el análisis y la evaluación de sus resultados".