Salven a la iglesia

Salven a la iglesia

El legislador porteño Jorge Enríquez solicitó mediante la presentación de un proyecto de ley que el Poder Ejecutivo de la Ciudad otorgue un subsidio de cincuenta mil pesos para arreglar la Iglesia de San Ignacio, que es la más antigua de la Ciudad y en la actualidad presenta severos signos de deterioro. En consonancia con la reciente sanción de la Ley que prohíbe la circulación de colectivos por el Casco Histórico de la Ciudad, Enríquez planteó que sería el momento indicado para realizarle refacciones a la histórica iglesia


El diputado radical Jorge Enríquez (Recrear para el Crecimiento) presentó en la Legislatura porteña un proyecto de ley destinado a que el Gobierno de la Ciudad otorgue un subsidio de cincuenta mil pesos para la refacción de la Iglesia de San Ignacio, que es la más antigua que se conserva en Buenos Aires. El edificio está ubicado en un ángulo de la Manzana de las Luces, lindera al Colegio Nacional de Buenos Aires, en el barrio de Montserrat.

"San Ignacio, la más antigua de nuestras iglesias, es parte del patrimonio histórico y cultural de todos los porteños, con independencia de su orientación religiosa. Es uno de los más valiosos testimonios de la historia de la Ciudad", señaló Enríquez.

El legislador explicó que "la edificación del templo y de la casa parroquial se encuentran en grave deterioro". También recordó que, a partir de la puesta en práctica de la ley que impide el paso de tránsito pesado por el Casco Histórico de la Ciudad, podrán preservarse mejor los inmuebles allí ubicados. Por ese motivo consideró que ahora era un momento ideal para realizar las refacciones.

La iglesia, que se inauguró en 1722 y se terminó de construir en 1734, tiene su planta en cruz latina, con una nave principal, un ábside rectangular y dos laterales, cada uno constituido por cinco capillas. Las características más sobresalientes de la arquitectura de San Ignacio son la fachada, cuya autoría está en discusión, que muestra claras influencias del barroco bávaro; la cúpula sobre tambor cuadrangular, en el crucero, y la doble altura de las naves laterales.

Según opinó el propio Enríquez, "el subsidio debe otorgarse en forma perentoria, para que no se profundicen los daños que sufre". El autor del proyecto sostuvo por último que el otorgamiento del subsidio "es el mínimo esfuerzo que el Estado debe hacer para preservar aquéllo que le ha dado a esta hermosa ciudad un perfil propio e intransferible en más de cuatro siglos de vida".

Te puede interesar

Qué se dice del tema...