La consultora Graciela Romer afirmó que "en la Ciudad de Buenos Aires, por las características del electorado porteño, el alto nivel de apoyo a la gestión del Presidente no fue acompañado con su correlato de votos. La estrategia plebiscitaria del Kirchner para estas elecciones de medio término, no fue captada y aceptada por al sociedad".
"En esta elección hubo grandes ganadores y grandes perdedores, pero Carrió quedó en una posición intermedia, ya que era el referente potencial del espacio de centroizquierda, que hoy ha ocupado Binner -más allá de si después lo podrá sostener-. El ARI ha logrado adquirir más fuerza institucional a costo de la personalización del liderazgo de Carrió y éste es un aspecto positivo a nivel de la construcción de su fuerza política, más allá de lo negativo del resultado en la ciudad. Bielsa no ganó en la Capital porque sobreactuó su rol, y si hay algo que los porteños rechazan son los chirolitas" ,aseguró Romer al programa radial Construcción Plural.
"El triunfo de Macri es absolutamente inesperado, casi como el éxito de Kirchner en las presidenciales del 2003, un regalo de las circunstancias. La mayoría de los encuestadores hasta hace una semana, no dábamos a Macri en esta posición tan claramente ganadora. Hubiera entendido que Macri ganara por 2 ó 3 puntos, estando mano a mano con Carrió, pero no por los más de 10 puntos que ganó. Operó un fenómeno de último momento en el cual el voto opositor que buscaba básicamente no oponerse al Gobierno nacional sino generar una instancia de control a Kirchner, fue mejor capturado por Macri que por Carrió, muy probablemente vinculado al tema de las denuncias (contra Olivera) porque hubo un cambio de último momento", sostuvo Romer.
"En la medida que se ha dado este fenómeno de la territorialización, hay triunfos compartidos. Se ha dado un acompañamiento a través de la mediatización de liderazgos locales, especialmente a nivel de gobernadores", finalizó la consultora.