Aunque el tema tomó estado público en mayo de 2004, en noviembre de 2003 el Club Nueva Chicago derribó parte de una escuela pública para la construcción de una tribuna. Entonces, hubo un gran escándalo mediático; los directivos de la escuela denunciaron el hecho a la Secretaría de Educación, a cargo de Roxana Perazza, quien se había comprometido a resolver el tema "de inmediato". La solución consistía en construir una nueva escuela en el polideportivo del club. Sin embargo, nada de esto sucedió aún.
"Por el contrario, le llevó todo el 2004 a la Secretaría de Educación designar 350.000 pesos para realizar la obra -denuncia ahora el diputado macrista Marcos Peña-. Si a esto le agregamos la preparación de pliegos y condiciones, y su posterior publicación para recibir ofertas y adjudicar el trabajo, nos encontramos con un nuevo ciclo escolar en las mismas condiciones que en noviembre de 2003. La única diferencia es que la empresa que ganó la licitación en enero tiene que comenzar la obra en abril".
Peña había sido uno de los denunciantes del hecho, a fines de 2004, por eso es que el Gobierno porteño se había defendido entonces argumentando que el escándalo por la demolición de una parte del Centro de Formación Profesional Nº 4, un colegio de oficios del barrio de Mataderos al que asisten adolescentes, jóvenes y adultos, formaba parte de "una interna política".
Según el seguimiento que hizo el macrista Peña, la secretaría que conduce Perazza, y que a fines de 2003 se había comprometido a dar una "solución inmediata" a este tema, destinó que para este año 50.000 pesos para la construcción de tres aulas y los baños y el resto (300.000 pesos) para el 2006, según el plan plurianual de inversiones de la Secretaría de Educación.
LOS HECHOS
Al expirar un convenio con la Ciudad, el Club Atlético Nueva Chicago derribó con topadoras cinco aulas del Centro de Formación Profesional Nº 4, un colegio de oficios del barrio de Mataderos al que asisten adolescentes, jóvenes y adultos. El club había firmado un convenio con la Ciudad por el cual le cedía los terrenos por diez años. Pero ese convenio caducó.
La polémica estalló en mayo de 2004 con cruces entre el director del colegio afectado, Oscar Donato, quien aseguraba entonces que el presidente de Nueva Chicago, Juan Ángel Guerra, le había prometido que no demolería el edificio hasta encontrar una solución. En tanto, en la Secretaría de Educación sostenían que el director de la escuela sabía que Chicago iba a demoler el edificio porque el convenio de cesión de los terrenos por diez años había terminado.
Quien entonces salió a enfrentar el escándalo desatado fue el director de Educación para Adultos y Adolescentes de la comuna, Eduardo Aragundi. La explicación que dieron, hace casi un año, fue "todo se filtró fogoneado por una interna política".
Las autoridades de la escuela argumentaron y argumentan, en cambio, que el convenio se firmó a raíz de que transcendió el tema. Fue entonces cuando el diputado macrista Marcos Peña elevó un pedido de informes.