El Jardín Botánico representa un espacio de relajación y esparcimiento en una ciudad demasiado acostumbrada al ritmo frenético de la vida urbana, un lugar, en definitiva, para pasar en familia el fin de semana. Nadie creería que ese mismo espacio pudiese dar lugar a turbios manejos entre los que se destaca como estrella macabra el entierro de cadáveres.
Todo comenzó a principios de abril cuando dos, por entonces, agentes municipales que trabajaban en el Botánico realizaron denuncias de que su director, Carlos Cosentino, llevaba a cabo varias acciones ilícitas como la venta de los bancos y el alquiler del espacio para fotografías sin autorización. Sin embargo lo más perturbador era la mencionada práctica de utilizar el espacio para enterrar a los cadáveres.
Alberto Barrientos y Juan Marcos Neyra, los dos empleados denunciantes, se dirigieron primero a la Secretaría de Derechos Humanos donde la directora de Minorías y Garantías, Beatriz Requejo, ignoró su reclamo. Lo mismo hizo Julio César Waisman, director de Espacios Verdes, cuando le presentaron la denuncia. Por último, la fiscal Dupuy del juzgado Nº 7 cerró la causa después de que la policía realizara la búsqueda de restos óseos sin encontrar nada.
Todo esto fue referido a NOTICIAS URBANAS por Carlos Pisoni, director de la Comisión de Derechos Humanos, Garantias y Antidiscriminación de la Legislatura, que fue a donde llegaron finalmente los dos empleados. Para entonces ya Neyra había sido despedido sin aviso y Barrientos trasladado al Parque Roca e impedido de entrar al Jardín Botánico, según denunciaron a la Defensoría del Pueblo porteña. También, que recibieron amenazas y agresiones verbales por parte de Cosentino.
Ahora el diputado del FvP y presidente de la mencionada Comisión, Juan Cabandié, decidió realizar una presentación judicial en la que se presentan dos denuncias: la primera por corrupción y la segunda debido a los entierros de cadáveres no identificados. Al mismo tiempo, entregará en la Legislatura un Pedido de Informes para que el Gobierno de la Ciudad dé explicaciones acerca de los actos llevados a cabo en el Botánico, de por qué se ignoraron las denuncias de los empleados y el por qué del traslado y el despido.
En tanto, la Defensoría envió ayer un pedido de informes al director de Espacios Verdes en la que inquiere por qué se los separó del cargo a los denunciantes y si se hizo una investigación acerca de lo denunciado.
"No es una contravención, sino que estamos hablando de entierros de cadáveres de los que desconocemos las causas de la muerte. Podría tratarse de maniobras de encubrimiento, sancionadas por el Código Penal", afirmó Cabandié mediante un comunicado de prensa. Y agregó: "Hay tres meses de inacción por parte del gobierno de Macri. Echaron a los denunciantes o los sacaron del lugar. (…) Han incumplido con los deberes que tenían a su cargo comofuncionarios públicos".
Ahora, la situación ya es de dominio público e incluso un programa televisivo tendría filmaciones como parte de una investigación sobre lo denunciado por Barrientos y Neyra. Ahora solo habrá que esperar qué sucederá si se comprueba que realmente las familias de los fines de semana no son los únicos visitantes que recibe el Jardín Botánico.