Esperando al otro Godot

Esperando al otro Godot

Argentina piensa sus acuerdos del bicentenario, el mundo sus objetivos del milenio. En esa lista no faltan la reducción del hambre y la pobreza. Este proyecto comprometería a la política partidaria con esos objetivos.


En marzo de este año, en este mismo semanario, Alejandra Vignollés, publicaba bajo el nombre de "Radiografía de la miseria", un informe sobre datos estadísticos de la ciudad. Allí, la diputada por la Coalición Cívica, Diana Maffía, arrojaba un matiz desprendido del mismo informe: "La calidad de la salud se la puede evaluar, para el caso, por las piezas dentales y uno muy a menudo ve que las mujeres que viven en las villas, mujeres de 20, 30 años, no tienen dientes, producto de la descalcificación producida por los embarazos y por la falta de prevención sanitaria y atención médica".

La pobreza urbana, continuamente, ha sufrido de parte del Estado municipal, acciones que tienden a hacerla invisible; como muestra, una de las villas emblemáticas de esta ciudad tiene el sugestivo nombre de Ciudad Oculta.

El doctor Osvaldo Blanco, de la Sociedad Argentina de Pediatría, dice que "los chicos de la calle se hacen transparentes". Pero la cita de la diputada Maffía pone "entre dientes" la imagen de la pobreza: es real, es sobre el cuerpo, es incesante su acción.

Hace una semana advertimos ante el fallecimiento de un bebé en el asentamiento de Parque Roca, y su íntima vinculación con el abandono del Estado. Pese a las advertencias de la justicia, ese asentamiento sigue sin recibir la más mínima atención. Más allá de lo que ahora dicte la justicia, en torno a la causa iniciada tras la muerte del bebé, y más allá de los posibles (¿posibles?) cambios en esa atención, siempre a posteriori de desgracias y tragedias, ¿existe en el Pro, o sea, en el partido gobernante, alguna herramienta autorreguladora, donde se pueda intervenir?

Existe un concepto, como el de "responsabilidad social", más bien ligado al mundo empresarial, que configura una especie de "coágulo" paralelo a la acción comercial, vinculado al espíritu de adquirir ?compromiso con la comunidad?: moda de muchas empresas desde la crisis. Y rodeado de todo tipo de sospechas. ¿Qué pasa si migramos su sentido a la política, y sobre todo, a una de las instituciones más fuertes de la política en democracia: los partidos?

El 2000 nos encontró pobres
La ONU, en su cumbre del milenio, en octubre del año 2000, se propuso para el 2015 reducir el hambre y la pobreza a la mitad. En tiempos de "responsabilidades sociales empresarias" y de una intacta ideología "antipolítica", nos detenemos aquí, sobre un proyecto leído ?casualmente?, acerca de alternativas de cómo mejorar no sólo las cifras brutales de pobreza, sino, secundariamente y con sensibilidad social, a esa "sucia" o "noble" práctica que los tecnócratas no pueden mutilar: la política.

Un grupo de profesionales ha elaborado recientemente un brillante proyecto de ley, en el marco del curso de formación de formadores para los objetivos del Milenio, dictado por la UBA y la Asociación Naciones Unidas Argentina (ANUA). El proyecto se presenta como una ampliación de la base Normativa de la Ley de Partidos Políticos, Nº 23.298.

En el mismo se plantea la "incorporación del concepto de responsabilidad social basada en valores, como competencia rectora para el ejercicio de la función pública y su incorporación en las Cartas Orgánicas y Plataformas Programáticas de los Partidos Políticos". La intención final es hacer pesar, ya "que el cumplimiento de los Objetivos de erradicación del Hambre y Pobreza Extrema, exige una clara y contundente determinación de los distintos niveles de Responsabilidad Social", la responsabilidad de los Partidos Políticos como ?Mediadores? entre sociedad y estado.

De tal modo es que pensaron en la necesidad social de contar con herramientas legales que permitan obligar conductas, que no dependan de la voluntad del agente y que a su vez castiguen el incumplimiento o inobservancia de la norma.

Paralelamente, se podría contemplar que para tornar efectivas las normas, entendiéndolas como parte de políticas de estado, corresponsabilizar solidariamente a los partidos políticos a los que pertenezcan los funcionarios responsables y a sus autoridades que son las que deben velar por el ejercicio responsable de sus funciones y mandatos. En sus considerandos, expresan que "el análisis del estado de desnutrición tanto crítica como crónica de vastos sectores de la población, en el marco de una pobreza estructural que no reconoce políticas activas que tiendan a su disminución, constituye el escenario emergente sobre el cual se elabora una propuesta orientada a generar nuevas herramientas que comprometan y faciliten el desarrollo del diseño y planificación de políticas de gestión pública orientadas a la erradicación cierta de la pobreza estructural" (en estos momentos, el promedio nacional de mortalidad infantil se ubica en el 16 por ciento).

Un párrafo más del proyecto: "cabe afirmar que si la Convención Americana de Derechos Humanos, reconoce a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el Derecho a la Verdad como primordial, por qué no decir, que con igual rango y jerarquía constitucional, se debe preservar el Derecho Social a no padecer hambre y exclusión; y condenar, con carácter sancionatorio, a todo aquel sujeto individual, colectivo o cualesquiera fuere, que por acción u omisión fuere responsable del NO cumplimiento de este derecho, a tener las necesidades básicas satisfechas".

En criollo: imaginar las responsabilidades penales que les cabe a quienes, en su municipio, por ejemplo, dejan morir por acción u omisión, a gente de hambre. Un régimen de penalidades diverso a partir de la solidaridad del funcionario o legislador, del partido político del cual fue candidato y de las autoridades de los partidos políticos que deben ejercer una función de contralor o supervisión de la labor de sus funcionarios o legisladores electos. La reforma constitucional de 1994 otorga un status a los partidos, como figuras centrales de la democracia, directamente le da la solidaridad legal al partido para quien ?no cumple con sus funciones?. ¿Quién defiende a los incendiados del Parque Roca, o a los tobas del Chaco? En primer lugar, según versa el proyecto, los PARTIDOS POLÍTICOS.

En síntesis: desde la crisis de 2001, se viene postergando una agenda pública de reforma política que apunte a su transparencia. La prioridad de esa agenda postergada, debería pasar por apegar nuevamente (institucionalmente) a la política con su tarea primordial de reparación social. La política como tarea fanática contra el hambre y la exclusión.

(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 151 DEL 28/08/08)

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