"Es una alegría estar otra vez acá", fueron las primera palabras del jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, en la inauguración de las sesiones ordinarias de la Legislatura porteña, sin embargo, la mitad de las caras frente a él no podían decir lo mismo y al finalizar, mucho menos.
Con hinchada propia en las gradas, acompañado por Gabriela Michetti y Diego Santilli en el estrado del recinto, Macri pronunció su discurso, mucho de balance y poco de objetivos a largo plazo frente a legisladores, ministros, funcionarios de los organismos de control, senadores nacionales y la sobresaliente presencia del ex jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Telerman.
"A pesar del contexto que nos envuelve, venimos a esta legislatura con más fuerza que nunca, para continuar el camino de crecimiento. La crisis no debe paralizarnos, más aún, nos exige ser creativos para encontrar soluciones a los problemas comunes. El desafío es de todos. Del Gobierno, los legisladores, los jueces y los vecinos. De todos", dijo el jefe comunal ante el aplauso cerrado que se repetiría desde su lado derecho (donde se ubica todo el bloque PRO) ante cada punto y aparte de su discurso.
"Espero que este año electoral no nos corra del eje y podamos seguir trabajando de la misma manera. Caminando las calles vemos que no estamos solos en esto, que cada vez son más los vecinos que nos acompañan. Se que muchos esperan ver resultados ya, pero les pido que tengan paciencia. Las reformas profundas están en marcha, y este cambio va a seguir día a día. Hemos demostrado que somos flexibles cuando podemos mejorar una medida. Pero también que defendemos las decisiones frente a aquellos sectores que no quieren ceder en sus privilegios o que pretenden extorsionar a los vecinos de la ciudad", dijo Macri en los primeros minutos de los 24 que le tomaría leer su texto de 11 páginas.
"Queremos hacer de Buenos Aires una ciudad más vivible, más amigable, y hacer una verdadera ciudad educativa, para que un futuro distinto sea posible. Necesitamos revalorizar el espacio público, que es el lugar más democrático que tenemos. Durante el primer año de gestión ya multiplicamos la inversión en Buenos Aires, no sólo en cantidad, sino también en calidad", anunció.
Y se refirió a algunos de los objetivos 2009, como la instalación de luminarias, pavimentación, limpieza, contenerización, infraestructura escolar, la obra del Arroyo Maldonado, la incorporación al sistema de 2 mil recuperadores urbanos y 300 agentes de trñansito, y la implementación de la Policía Metropolitana.
Sobre esta última mencionó: "Sabemos que este es el camino más largo, pera ante la irracional negativa del Gobierno Nacional a traspasar la policía con recursos, es el que tenemos. Nuestro desafío ahora es que la creación y formación de esta policía sea una política de estado".
Si promediando el discurso, las caras de la oposición eran de incredulidad ante las palabras de Macri, cuando se refirió a la crisis financiera mundial, los resoplidos se dejaron escuchar fuerte en el recinto: "Esta ciudad arrastra una deuda de años en obras estructurales, lo que nos obliga hoy a multiplicar los esfuerzos. La crisis financiera se suma al bloqueo del Gobierno Nacional de nuestra legítima capacidad de conseguir financiamiento, generando un panorama oscuro en este rubro para el 2009. Esto impactará en obras. Especialmente de prevención de inundaciones y de construcción de nuevos subtes".
El jefe de Gobierno también se refirió al Distrito Tecnológico y la creación de 25 mil puestos de trabajo en esas industrias, entre 2009 y 2011. "Nuestros chicos van a tener oportunidad se el mundo del trabajo y la educación van en ese sentido. Por eso trabajamos desde los ministerios para garantizar el acceso a la tecnología en la formación de todos los chicos. Llevaremos internet a todas las escuelas y abriremos nuevos centros de inclusión digital. El aprendizaje de inglés debe ser un derecho para todos los chicos", dijo, sin hacer mención alguna al paro educativo con el que se inicia el ciclo escolar porteño, aunque deslizando, "sabemos que en el tema educación ha habido mucha conflictividad, pero somos optimistas y apostamos al diálogo y a que todos pongamos a los chicos en primer lugar".
Ciudadanía porteña, planes de inclusión social, urbanización de las villas, apenas ocuparon una hoja del discurso y las risas irónicas contrarrestaban con el aplauso ciego de las filas macristas – que hoy no contaba con los papelitos del año anterior-.
Sobre el polémico Teatro Colón, aseguró que "las obras siguen en curso y hemos designado un nuevo director general que le está dando impulso a la flamante autarquía".
Y haciendo alusión a los incentivos a los funcionarios, pero sin mencionarlo, afirmó: "No podemos seguir con niveles de ausentismo de mas de 20 por ciento. No puede dar lo mismo trabajar que no trabajar. Es nuestra obligación moral respetar eso. Somos todos: funcionarios, trabajadores y ciudadanos, ejercer el control sin descanso".
Por último, el Jefe de Gobierno plantó la queja: "Seguimos demorados y esperando poder avanzar en la consolidación de la autonomía con el traspaso de la policía, el puerto y el transporte. Y también poder avanzar en las políticas de coordinación, especialmente las metropolitanas. La no aprobación del bono es una ofensa a los vecinos de la ciudad y a esta altura ya resulta difícil entender, salvo que uno piense en motivaciones electoralistas. Espero que esta actitud se revierta, por el bien de los que vivimos y transitamos esta Ciudad. No hay más espacio para los egoísmos, nuestro compromiso está del lado de la gente".