… (continúa) Ese abatimiento del entrevistado que tantas veces nos llevó a disfrazar monosílabos, esta vez amortiguó lo que en otro momento hubiera pasado por irreverencia periodística, porque D?Elía responde todo, todo. Entonces lo nuestro es puro prejuicio. Sitiados por fotos del dirigente social, también pensamos que el segundo piso del edificio de Pueyrredón 19 podría funcionar en unos años como el "Museo Luis D?Elía", en el que el dueño de casa dice: "Los fines de semana, trato de bajar un cambio".
-¿Cómo hace para lograrlo?
Luis D?Elía: -Camino una hora por día porque soy diabético. Y también en la semana. Hasta hace poco iba a nadar a un club de laburantes a tres cuadras de acá, pero ahora me da fiaca. Yo descanso leyendo. Ahora estoy con un librito del Fondo de Cultura Económica, "El crimen occidental" (2008), de Viviane Forrester, que habla de la etapa previa a la guerra en la que la Alemania nazi quiso deportar a millones de judíos y las democracias occidentales se hicieron las tontas. Me gusta lo que tiene que ver con la historia.
-¿Y lo que no?
L.D.: -Bueno, también me gusta la narrativa. García Márquez me apasiona: "Vivir para contarla" (2002), "El Coronel no tiene quien le escriba" (1961). Leo lo que cae en mis manos y me interesa. Empiezo y termino, trato de ir a fondo cada noche, 15 o 20 minutos antes de dormirme, y me alcanza para desconectarme del día.
-Al margen, ¿lee los diarios?
L.D.: -A la mañana leo Crítica, Página/12, El Día, Clarín, La Nación. También entro a Internet: tengo un alerta en Google con mi nombre, con las noticias de la última hora.
-¿Cómo se lleva con Internet?
L.D.: -Manejo lo básico. Creo que es parte de los instrumentos cotidianos, que uno no puede funcionar sin eso.
-¿Y con el celular?
L.D.: -Como no soy de ponerle filtro a mi relación con la gente, suena y atiendo. La verdad que me complica la vida.
-¿Qué ve en televisión?
L.D.: -Noticieros y programas periodísticos porque participo de muchos de ellos. Con los deportes, me puedo enganchar con cualquiera. Miro Discovery. Y alguna buena película histórica, de intriga, de acción o con un buen mensaje.
-¿Es de ir al cine?
L.D.: -Sí, claro. Una de las últimas que vi fue "La duda" (de John Patrick Shanley, 2008), que me pareció buena pero de una tontería muy grande el final, ¡una idiotez! Tom Hanks me gusta mucho. Y el de "Gladiador", ¿cómo se llama?
-Russell Crowe.
L.D.: -Ése. Y Oliver Stone me parece un director muy comprometido.
-Por otro lado, usted lee mucha prensa gráfica, ¿también escucha radio para informarse?
L.D.: -Escucho a Magdalena (Ruiz Guiñazú), una persona que detesto profundamente, pero hago el esfuerzo de seguirla a diario para saber qué piensa el enemigo. Y no hago zapping.
-¿Y qué piensa el enemigo, D?Elía?
L.D.: -Magdalena es la portavoz del paradigma de los grupos económicos. ¿Está?
-Está. Y cambiemos de tema. ¿Va al teatro?
L.D.: -También. Hay una obra que me quedó rebotando: "Un enemigo del pueblo" (dirigida por Sergio Renán en el San Martín, durante 2007), con Luis Brandoni. ¿De Brecht era? (no, el autor fue Henrik Ibsen). La obra plantea que en un determinado momento estás vos sólo y tu conciencia. Yo me sentí muy identificado. El personaje se opone a cierta obra pública porque va a contaminar el pueblo, aunque le traiga turismo y ventajas económicas. El tipo termina hecho mierda. Otra, que me divirtió muchísimo porque pinta de cuerpo entero el pensamiento pequeñoburgués especialmente de las mujeres, fue "Chicas católicas" (de Casey Kurtti, repuesta varias veces en los últimos años).
-¿Qué música le gusta?
L.D.: -De todo: Calamaro, Los Redondos, Cafrune y el tango moderno que hace la hermana de Felipe Solá, Dolores.
-Por último, ¿se va a tomar unos días este año, que promete ser movido?
L.D.: -Y, a lo mejor, ¿eh? Me acuerdo de los nueve días que pasamos con mi mujer en Cuzco este verano, aprovechando que cumplimos 25 años de casados, y pienso que una luna de miel no se le niega a nadie.
