Las campañas políticas en la Ciudad apuestan este año por los más diversos recursos con el único objetivo de captar el voto de los indecisos en estos últimos 25 días. Lo cierto es que la elección se ha nacionalizado y las propuestas locales escasean ante la discusión del ?modelo?, para unos razonablemente bueno y para otros no merece ni llamarse modelo. La elección local se desdibujó así como el protagonismo de los candidatos. Veamos que pasa.
Cuando Carlos Heller acompañó al senador Daniel Filmus a Olivos para hablar con el ex presidente Néstor Kirchner, tuvo la intuición de empezar a instalarse con un afiche que resaltaba el buen ?archivo? que la sociedad tiene de este banquero. En su entorno admiten que ?ese día fuimos para firmar segundos en la tira nacional. Luego, el defender al oficialismo y la deserción de otros hizo que cuando hubo que pensar de manera realista las posibilidades de los K, nadie nos podía arrebatar lo que nos habíamos ganado? en referencia al primer lugar.
Desde allí Heller no paró nunca. Mucha concurrencia a instituciones públicas, actos un poco más jugados como el de la ESMA, una continuidad ?aproximadamente cada veinte minutos? con la que alcanza el podio electoral con el Twitter y hasta ahora muy poco folclore del peronismo tradicional, habida cuenta de algunas divergencias que venían de antes con el PJ porteño.
La candidata que encabeza todas las encuestas, Gabriela Michetti, expresa en sus apariciones cotidianas algunas frases casi sorpresivas. ?(A la gente) le molesta mucho la caca de los perros y la falta de inspección sobre el tema. También les molesta que no haya caniles en todas las plazas?, describió por ejemplo este martes en Pacheco de Melo y Larrea, desde su Twitter. Ella es quien más lo usa, es capaz de mandar diez mensajes juntos y es una de las que más lo hace personalmente. Si bien todos los candidatos que lo usan tienen su equipo de ?contestadores?, Michetti es fácilmente reconocible.
Privilegia en todo momento el presentarse cara a cara, ese difícil momento para cualquier político que Michetti supera con una capacidad de otro planeta, parece haber nacido para el contacto con la gente por más duro que sea el reclamo. Tiene, por ahora, lo que los analistas denominan ?blindaje?.
Fernando "Pino" Solanas no es la primera vez que baja a una campaña electoral. El artista se muestra como tal, comprometido con la realidad, algo que lleva en la sangre de toda la vida, desde su participación en el grupo de cine Liberación allá por los 70. Y lo citamos ya que el cine no es ajeno a su campaña. Películas suyas son vendidas en varias esquinas de Buenos Aires con la finalidad de solventar gastos de campaña, y en más de una ocasión salió el propio Pino, cámara en mano, para filmar la realidad porteña bajo su óptica. Por ejemplo la del hospital Rivadavia, donde permaneció toda la mañana del martes pasado. Ese material se usa luego en actos y compondrán cortos para el futuro.
Un complicado Roy Cortina pasa parte de su tiempo viendo sus gigantografías, que son enormes y no pocas. Es quizás el caso inverso de los demás, su cargo partidario le otorga un plus en el que queda muy relegado Héctor Polino. Cortina apunta sobre Macri, y en ello el único que lo emparda es Francisco ?Tito? Nenna. Moderado cuando acompaña a Heller en sus salidas junto a todos los candidatos, aprovecha para virar hacia un discurso más de barricada cuando la organización del mitin pasa por sus manos. La CGT y el salón Felipe Vallese fueron testigo ?con marchita incluida? en el acto que se recordó a Raúl Scalabrini Ortiz.
El Acuerdo Cívico y Social tiene en Alfonso Prat-Gay y en la chaqueña Elisa ?Lilita? Carrió a un tándem que, si hubiera que definirlo en la acción, es una especie de PRO, pero más pequeño en recursos y gente. Apuestan al contacto con la gente, los actos ?salvo el lanzamiento en el Gran Rex? son pequeños y la particularidad es que a Prat-Gay en este debut nunca lo dejan solo. Cuando Lilita no está, aparece Ricardo Gil Lavedra quien con su experiencia lidera el único aparato de movilización que tiene esta fuerza, el que proviene del radicalismo. Mucha TV en la blonda dirigente, no usan Twitter y se las arreglan en sus sitios de internet y Facebook, algo común a todos los que compiten. La UCR ya no pinta paredes.
Los volantes y los periódicos partidarios, así como toda estrategia gráfica móvil, han sido ya reemplazados por las nuevas tecnologías. Casi todos han hecho apuestas más económicas en costos y en gente, aunque la izquierda marxista no baja las banderas y sigue escribiendo. Otra rareza de esta campaña son los paredones libres o directamente con pintadas anacrónicas como las que adornan Paseo Colón al grito de "Telerman 2009". Nuevamente en este caso la llamada "izquierda roja" es la que pinta los pocos que se ven, en especial el Partido Obrero (Jorge Altamira) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores de la ex legisladora Vilma Ripoll.
Ibarra desciende en las encuestas y también en el tiempo de su presencia pública en las calles. Como si el efecto ?Telenoche? lo hubiera golpeado en el alma, prefiere los programas taquilleros de los medios y los políticos. Harán algo de vía pública en subtes y avenidas las semanas que restan para los comicios. Lo que se dice poco y nada en una campaña con arcas complicadas y bordeando el precipicio.
Juez Cruciani, así, sin nombre y con el moño que lo caracteriza como logo de campaña, es quizás el más pintoresco de los candidatos. Sorprendió con las fajas en los postes de alumbrado y una camioneta que fatiga el microcentro con su cartel móvil. Para este testimonial, aprobado.