Fue una versión diminuta de lo que se vivió en la primera vuelta. Esta vez la sede no fue el NH Tango, sino el sindicato aliado Suterh. Los los militantes estuvieron allí, en la puerta, pero en mucha menor cantidad. También hubo un VIP para los dirigentes y funcionarios de peso, que poco se los vio caminar por el bunker, salvo cuando el vocero Luis Quevedo o el propio Daniel Filmus hablaron oficialmente en el escenario central.
No hubo pogo de Juan Cabandié ?menos exitado, con la continuidad en la Legislatura por cuatro años asegurada? con los muchachos de La Cámpora; tampoco asomaron su cabeza ?salvo algunas exepciones? los inteletuales K, los mismos que luego del 10 de julio castigaron por video la campaña porteña.
En el subsuelo del sindicato de los encargados de edificios, en cambio, fueron circulando algunos legisladores, actuales y electos, como Gabriela Alegre, Francisco ?Tito? Nenna, Alejandro Amor, Gabriela Cerruti, Aníbal Ibarra, Silvina Pedreira; algunos ex, como Juan Manuel Olmos y Alicia Bello. También, el titular del Suterh, Víctor Santa María. Por otro lado, el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el candidato a vicepresidente, Amado Boudou; Juan Manuel Abal Medina, Martín Sabbatella, y el ministro de Educación, Alberto Sileoni, todos ellos, en el VIP.
Previo al cierre de los comicios, uno de los dirigentes que estuvo a cargo de la campaña apostaba y se conformaba con llegar al 35 por ciento de los votos, resultado al que finalmente el kirchnerismo llegó. Mientras tanto, ante los medios, Amor reconocía que "lo importante es que se consolidó el Frente para la Victoria en la Ciudad, porque también se consolida el proyecto nacional. Respetamos a todos los que votaron y estamos orgullosos de nuestros militantes".
Otros, por su lado, reconocieron que la denuncia de campaña sucia contra el PRO que el kirchnerismo presentó como estrategia de cara a la segunda vuelta rindió algunos frutos, porque, hay que reconocerlo, los macristas apostaban un 70 a 30 (algunos más osados, como el legislador Cristian Ritondo, predijo un resultado arrasador como 80 a 20 a favor de PRO), cuando el resultado final, con el 99 por ciento de las mesas escrutadas, fue de 64 a 36 por ciento.
El momento central fue el discurso de Filmus; un discurso orientado a la próxima contienda electoral, las primarias del 14 de agosto. Fuerte autocrítica, reconocimiento de los errores y posicionamiento a futuro. También algunos mensajes claros: a diferencia de la primera vuelta, ni Cabandié ni La Cámpora estuvieron en el centro de la escena. Es más, cuando comenzó a hablar, el legislador estaba lejos del escenario.
Frases a destacar: ?Me hago responsable de todos los errores que pudimos cometer?; ?somos la única fuerza con candidato presidencial que llegó al ballottage?; y ?lo que no faltó fue coraje apoyo de las fuerzas que nos acompañaron y de la Presidenta?. Todas, además de felicitar a Mauricio Macri, configuraron un discurso en tono conciliador hacia el votante porteño: ?Gracias, nos hemos sentido abrazados, acompañados, queridos?, remató Filmus.
A la salida del bunker K, Randazzo pidió no extrapolar las elecciones en la Ciudad de cara al 14 de agosto y las nacionales de octubre. Lo mismo se dijo de los comicios de Santa Fe, donde el candidato del oficialismo quedó lejos. Habrá que ver si el kircherismo porteño aprende la lección.