Jura que nunca antes había pensado en dedicarse a la política, y que se sorprendió cuando recibió la oferta de Ricardo Alfonsín para encabezar la lista de precandidatos a diputados nacionales por la Capital por la Unión para el Desarrollo Social (Udeso) porque sólo lo había visto una vez en su vida. ?Sentí entonces que tenía la responsabilidad de contribuir; de volcar todo lo que sabía, todo el conocimiento acumulado en la agenda de transparencia en el Congreso y al lado de un hombre, que tiene chances reales de gobernar la Argentina, y no de ser un mero candidato testimonial frente al kirchnerismo?, dice.
Primero fue jefe de la Oficina Anticorrupción durante gran parte del gobierno kirchnerista y, más tarde, titular de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), organismo al que renunció en 2009: portazo que generó un gran revuelo en el mundillo político. El entonces fiscal, que se había convertido en una pesadilla para el Gobierno, informó que no podía avanzar en la investigación de casos emblemáticos de corrupción, a raíz de las trabas que le ponía el Gobierno. Y el dedo de algunos jueces, que responden al Gobierno.
Después de su trabajo como fiscal, abocado a la agenda de transparencia, lo convocaron para el think tank Cipecc, donde lideró el equipo anticorrupción de esa ONG, dedicada a promover la calidad democrática. Hace unos meses se fue a trabajar con la misma temática a Guatemala. Allí recibió la oferta de Alfonsín.
Detrás de Garrido, irá en la lista porteña Hernán Rossi, que pertenece al sector interno de Enrique "Coti" Nosiglia, y el tercer lugar quedó para Fabiana Campos, de la Juventud Radical.
A fines de junio fue presentado en sociedad por el dirigente radical, como primer candidato en la lista porteña, en representación de la alianza que lidera con Francisco De Narváez.
-¿Es una especie de revancha la vuelta con la idea de seguir investigando la corrupción, ahora desde la política?
-No lo vivo en términos personales. Pero sí creo que, desde un proyecto colectivo, resulta una reparación de aquello sobre lo que no pudimos avanzar. Además, en este caso, el rol del parlamento es otro: ahora se trata de fortalecer el rol de control que debería tener el Congreso. Recordarán que, cuando la oposición ganó en 2009, había mucha expectativa en torno a las posibilidades que podía tener el Congreso; en primer lugar, ponerle un freno al kirchnerismo. Pero esas intenciones fueron bloqueadas. Cuando hablo, entonces, de asumir mi responsabilidad, me refiero a poder aportar el conocimiento que fui adquiriendo, en estos años, para el destrabar esos bloqueos y aplicar la agenda de transparencia. De ese modo, se fortalece el Congreso.
-¿Por qué lo logaría desde el Congreso, cuando tuvo tantas dificultades desde la Fiscalía?
-Como te decía, se trata de otro rol. El Congreso además tiene otras herramientas. Como fiscal logré investigar y avanzar en muchos casos, pero el mayor impedimento estaba en la Justicia. Desde el congreso, en cambio, se puede pedir información, y también investigar a jueces, funcionarios, fiscales. También citar todas las veces que haga falta para pedir explicaciones.
-En la Argentina sigue habiendo mucha corrupción
-Sí, y pocos organismos que la controlen.
Es hincha de Ferro, está casado con una docente, y tiene dos hijos, que ya son adolescentes. Y quizá a modo de adelanto del perfil político que buscará construir, acaba de denunciar a la presidenta Cristina Fernández por realizar un acto en el partido bonaerense de Almirante Brown que, según cree, "tiende a la captación del sufragio", a menos de 15 días para las primarias.
-¿A quién voto en el ballotage?
-Ni a Macri ni Filmus; ninguno me representa.
-Qué lío porque Alfonsín dijo que le encantaría que los votantes de Macri lo voten a él. Primero dijo que su límite es Macri, pero luego volvió sobre sus pasos y buscó tender puentes.
-Quiero aclarar, antes de responder, que me estoy sumando a esta propuesta como independiente. En segundo lugar, cuando uno quiere armar un proyecto nacional, tiene que tejer alianzas para lograrlo. De lo contrario es imposible.
-No comparte la ideología de Macri
-No, no es el gobierno que me representa. Ricardo tampoco la comparte. Y eso lo dejó en claro. Pero dejando de lado las diferencias de historia y de ideología que ambos tienen pueden acordar algunas cosas, acuerdos puntuales, de cara a un armado nacional. Por ejemplo, en la autonomía de la ciudad hay coincidencia plena.
-Bueno, en eso todos tienen coincidencia plena pero después llegan al Congreso, y la autonomía no se logra.
-Hay que hacer un trabajo político entre los diputados para sensibilizarlos sobre la necesidad de trabajar en conjunto para avanzar hacia ese objetivo común. Hasta ahora ese trabajo no se hizo en el Congreso, que yo sepa?
-¿Por qué Alfonsín y no Binner?
-Por lo que te dije antes. La UCR es un partido nacional, con historia, y una estructura armada en todo el país. Y si se quiere llevar adelante un proyecto alternativo de poder al kirchnerismo, y no ser un mero candidato testimonial, es necesaria esa estructura. Por otro lado, yo lo conocí a Ricardo poco antes de irme a Guatemala para llevarle la agenda de transparencia, como lo hicimos con todos los candidatos. Yo no lo conocía de antes, ni nada. Es más, fue al último que fui a ver antes de irme a Guatemala. El se mostró muy interesado, muy receptivo, y comprometido a impulsar esa agenda. Eso me terminó de convencer. Con respecto a Binner, Ricardo quiso formar una alianza, pero Binner no quiso.
-¿No es un poco desalentador ir a una elección donde el oficialismo tiene una enorme ventaja? ¿No es una suerte de final anunciado?
-No, para nada. Las internas de este domingo, si bien son atípicas porque los partidos ya resolvieron sus internas presidenciales, están buenas porque la gente participará en una selección primaria. Es una buena idea, que democratiza. Pero además va a ser una gran encuesta nacional y verdadera, que va a transparentar quién es quién. Y qué porcentaje tiene realmente cada uno.
(Nota publicada en el Semanario Noticias Urbanas del jueves 11 de agosto).