Como no se pueden realizar nuevas alianzas de cara a las presidenciales, si algún partido de la oposición decide bajar su fórmula presidencial para apoyar a otra fórmula opositora y polarizar los votos, dejará sin cabeza a sus propios candidatos para otros cargos. No es coincidencia, entonces, que la oposición haya comenzado a plantear la necesidad de que se implemente la boleta única para octubre.
La denuncia de robo de boletas viene como anillo al dedo a esta estrategia.
La posibilidad de implementar este sistema dependerá de la muñeca que tenga la oposición en el Congreso para sancionar en tan poco tiempo la ley y, si se aprueba, de que el Gobierno nacional no la vete. Todo esto, claro, si finalmente persiste esta movida. De momento, un repentino ataque de renovación cívica parece haberse apoderado de gran parte de la oposición al kirchnerismo.