Los gobiernos nacional y metropolitano alcanzaron el acuerdo para implementar el traspaso de los subterráneos a la Ciudad, justo en la fecha que la presidenta le había señalado a Mauricio Macri como límite para concretarlo.
El martes tres de enero ?el primer día hábil de 2012-, finalmente, el Gobierno porteño se hará cargo del servicio, lo que implica operar los trenes, fijar las tarifas y controlar el cumplimiento del contrato por parte de su actual concesionario, la empresa Roggio.
El ministerio que conduce Julio de Vido se anticipó a anunciar el acuerdo mediante un comunicado de prensa. El traspaso, decía, ?será efectivo a partir del primer día hábil del año 2012 e implica la transferencia a la Ciudad de la totalidad de la red de subterráneos y premetro, la fiscalización, el control y la potestad tarifaria del servicio".
Apenas media hora más tarde, otro comunicado, esta vez del Ministerio de Desarrollo Urbano porteño, firmado por su titular, Daniel Chain, confirmó la noticia e informó que en un plazo de 90 días se completarán los acuerdos y se cubrirán los aspectos legales, técnicos, económicos y administrativos correspondientes.
El jueves pasado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el secretario de Transporte de la Nación y el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se había reunido en Olivos para ultimar las negociaciones políticas, que luego completaron sus funcionarios en lo que hace a las tramitaciones ejecutivas.
Las negociaciones, que se iniciaron el 10 de noviembre último, fueron complejas. En los primeros tramos, los funcionarios del gobierno porteño exigieron, para hacerse cargo del servicio, que la Nación extendiera los subsidios actuales hasta 2017, a lo que Schiavi contestó de manera negativa.
Además, los porteños aspiraban a que la Nación se hiciera cargo de colaborar con el financiamiento de 1.000 de dólares para obras de infraestructura.
Finalmente, el gobierno nacional aportará durante 2012 la mitad de los subsidios, que suman 800 millones de pesos. Es decir, pondrá 400 millones de pesos de sus arcas.
Las negociaciones estuvieron estacadas en algún momento, ante la negativa de los funcionarios porteños de hacerse cargo del servicio si la Nación no continuaba subsidiando el funcionamiento de, ante lo cual la fecha límite que puso el Gobierno nacional vencía, precisamente, el viernes último, día en que se alcanzó el acuerdo.
Tras las arduas gestiones que culminaron con el convenio, quedaron algunas frases que reflejan las posiciones que llevaron ambos gobiernos a las varias mesas de negociación que debieron encarar.
"Nosotros no imponemos, negociamos y acordamos", aclaró el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en cuyo ámbito se reunieron los negociadores.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Urbano porteño Daniel Chain, expresó su satisfacción con una apelación habitual en los funcionarios macristas: "la gente quiere que trabajemos por ellos y no discutamos entre nosotros".
Finalmente la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner le pidió "encarecidamente" a Mauricio Macri que hiciera un "esfuercito" para alcanzar un arreglo antes del 1° de enero, en vista de que los plazos se acortaban y el acuerdo no llegaba.
Los plazos se cumplieron, si bien agónicamente y ahora sólo quedan por acordar detalles técnicos y operativos.