Guillermo Del Toro, director de culto mexicano importado por Hollywood, regresa al personaje de Hellboy, luego de realizar la primera parte de la saga en 2004, que resultó ser una original variante dentro del gastado subgénero de films de superhéroes. Hellboy es una criatura que surgió de experimentos realizados en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Rescatado y educado por un noble científico norteamericano, su destino fue alejarse del infierno y convertirse en un defensor de la justicia. Físicamente imponente, su cuerpo es de color rojo y tiene cuernos que él mismo se lima para parecer menos diabólico.
Si la primera película sirvió para contar el nacimiento de este personaje y dar un pantallazo del universo que habita, la segunda entrega se libera de las ataduras de introducir un nuevo héroe al público para meterse de lleno en la acción y profundizar en la relación de Hellboy con su amada (y pirotécnica) Liz Sherman. Porque lo que en definitiva cuentan las dos películas que conforman (hasta ahora) la saga, es la historia de amor entre dos seres que se necesitan mutuamente para poder enfrentar una sociedad que los discriminan por poseer poderes extraordinarios.
Con Hellboy 2, Guillermo Del Toro se posiciona como uno de los directores de cine fantástico más importantes, además de ser un prodigioso narrador que logra equilibrar la sensibilidad de un intenso romance con la explosión desbordada de numerosas secuencias de acción virtuosamente filmadas. Su talento quizás sea solo comparable en la actualidad con el de Peter Jackson. No es casual que el próximo proyecto de Del Toro sea trasladar "El Hobbit" a la pantalla grande, cuya historia antecede a la saga de "El Señor de los Anillos". Pero Del Toro va un poco más allá, y le imprime inesperados momentos de humor a su film, haciéndolo aún más universal, incluso disfrutable para el público que no es devoto del cine de ciencia ficción.
Como ya lo demostró en su anterior y consagratorio film "El laberinto del Fauno" (de donde parece haber tomado algunas criaturas que le sobraron para ponerlas en este film), la fábula es el medio que él prefiere para dar su visión del mundo en el que vivimos. Un lugar lleno de injusticias donde un simpático y bonachón mastodonte rojo llegó para aportar un poco de calor a una sociedad deshumanizada.
LOS OTROS ESTRENOS DE LA SEMANA
"Entre la vida y la muerte", de Ed Harris
"Un chihuahua en Beverly Hills", de Raja Gosnell
"La princesa de Nebraska", de Wayne Wang
