La Cámara de Diputados aprobó en general el Presupuesto 2026 gracias al apoyo de PRO-UCR y gobernadores aliados. Igualmente, no bastó para satisfacer las demandas del oficialismo, que al cumplir dos años se ilusionaba con continuar aprovechando el impulso de octubre para cumplimentar las reformas pedidas desde el exterior. Fue rechazado el capítulo XI, que proponía derogar las leyes de emergencia en discapacidad y financiamiento universitario, ambas vetadas por el presidente Javier Milei e insistidas por el Congreso durante 2025.
La cronología de los hechos marca un tratamiento express en la segunda semana de diciembre. La Cámara de Diputados de la Nación aprobó en general el proyecto de ley del Presupuesto 2026 por 132 votos a favor, 97 en contra y 19 abstenciones. Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Hugo Passalacqua (Misiones) y Marcelo Orrego (San Juan) convencieron a los legisladores de sus respectivas provincias para que votaran favorablemente el proyecto. La votación en particular -que, tal como se había votado al principio de la sesión, se hizo por capítulos y no por artículos, sufrió la poda del capítulo XI, que fue rechazado por 117 votos a favor, 123 en contra y 2 abstenciones. En este capítulo se encontraba el artículo 75, que derogaba las leyes de emergencia en discapacidad y financiamiento universitario votadas este año por el Congreso. De este modo, pasó a Senado y logró dictamen en comisión esta semana para llegar al recinto el viernes 26 de diciembre.
El Gobierno prefiere tragar el sapo y aprobarlo tal como está. Así hace eco a la demanda estadounidense de contar con presupuesto por primera vez en su gestión. Milei admitió que buscará reacomodar las partidas. “Vamos a corregir por la vía de la reasignación de gastos en el resto del presupuesto o de la reformulación de los recursos en las propias áreas” manifestó en una entrevista. En tanto los reclamos se suman, el economista y dirigente Claudio Lozano expresó que “lo único que nos propone el Presupuesto de Milei es un escenario de ajuste perpetuo”.
Recursos, motosierra y otras yerbas
Diciembre ya arrancó hace rato, pero los pendientes siguen acumulándose. Varios legisladores de Unión por la Patria se reunieron este lunes con estudiantes en el Congreso. Ambas partes propusieron rechazar el artículo 30, que modifica la Ley de Educación Técnico Profesional del dictamen del proyecto de ley de Presupuesto 2026.
En el encuentro, que vaticina el clima de la sesión extraordinaria posnavidad, estuvieron los senadores Jorge Capitanich, Carlos Linares y Mariano Recalde y la diputada Julia Strada. Además, se hicieron presentes el exdirector del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) Gerardo Marchesini y estudiantes de escuelas técnicas y agro-técnicas de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad de Buenos Aires. Este espíritu augura una jornada colmada de tensiones, lejos de cualquier espíritu navideño para el próximo viernes.
El debate se centrará en las necesidades que debe saldar la proyección que representa el Presupuesto y el oficialismo, que ahora cuenta con 20 senadores deberá seguir buscando voluntades para terminar el año con dos galones en su cucarda: la Ley de Leyes 2026 y la iniciativa de Inocencia Fiscal aprobados. Desde un análisis minucioso, Lozano aseguró que los supuestos macro son pura ficción. “El consumo se proyecta +10,2% en 2025.
En la realidad, los salarios siguen 7% por debajo de 2023 y el crédito al consumo paga tasas de +100% anual. En suma, es inverosímil pensar en semejante expansión con ingresos en caída y financiamiento prohibitivo. El Presupuesto 2026 es la cristalización del ajuste ya operado, diseñado para sostener la contracción del gasto público, priorizar la deuda y blindar un superávit financiero que funciona como excusa para seguir ajustando si la recaudación cae”.
Con el propósito de desmenuzar el texto votado, afirmó que “este escenario es más que probable en el marco del industricidio, la recesión en curso y el derrumbe del consumo, que ya erosiona las bases tributarias”. Para cerrar, expresó que “el proyecto invisibiliza el verdadero peso de la deuda: la mayor parte de los intereses son capitalizables y no figuran como gasto, aunque incrementan la deuda de forma explosiva. Plata hay, pero la decisión política es no usarla para recomponer derechos ni impulsar la producción”. Sin expectativas, el economista auguró que “el Presupuesto 2026 no baja la inflación ni reactiva la economía. Consolida la recesión como ancla, ajusta partidas sociales y productivas, reconoce déficits externos estructurales y profundiza la dependencia del FMI. El superávit no es solución, sino la excusa para más ajuste. Plata hay, lo que falta es voluntad política. Y al revés de lo que dice Milei: lo peor no pasó”.
Puertas abiertas a las discrepancias
Las placas tectónicas crujen lejos de la luz. Cerca del natalicio de Jesús, la designación de los auditores por la Cámara baja trajo aparejada la presentación judicial realizada por Cristian Ritondo, jefe del bloque Pro. El presidente de la Cámara, Martin Menem contestó que “desde nuestro punto de vista, se hizo todo como corresponde. Hubo un apartamiento del reglamento, votaron las 3/4 partes de la cámara, se introdujo el tema, se trató y bueno, forma parte de la manera de elegir los auditores”.
Con respecto al contenido de las partidas presentadas por el oficialismo, la diputada y vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, alertó acerca de que el presupuesto “garantiza la motosierra en salud y en educación, por ende no le mejora la vida a ningún argentino. Hay presupuesto solamente porque lo pide Donald Trump, de la misma manera que se puso en marcha la discusión de la Reforma Laboral en el Senado, a pedido del Gobierno. Acerca de la planificación presupuestaria, Lozano explicó que “superávit primario del 1,5% del PBI y financiero del 0,3% del PBI. Eso deja $2,7 billones sobrantes, incluso después de pagar intereses. Con esos fondos se podría aumentar la obra pública en +53%, subir transferencias a universidades en +56%, financiar 12 hospitales Garrahan, multiplicar por tres el presupuesto en ciencia y tecnología. El superávit no se destina a recomponer partidas esenciales: se elige priorizar la deuda por sobre las necesidades sociales”. Por último, advirtió que “aunque se declare superávit, la deuda crecerá $9,5 billones en 2026. La clave: los intereses capitalizables, que no figuran en el gasto. Solo en ocho meses de 2025 sumaron $58,4 billones”.
Estrella de Navidad ofrece tu luz
Los ecos del dilema hicieron mella y la convocatoria en contra de la Reforma Laboral tuvo como resultado que no se consiguiera la media sanción soñada por los violetas. De ese modo, la contienda pasa a otro momento. Quizá éste sea el destello de esperanza que los trabajadores sostienen ante la inminente avanzada.
Así las cosas, se cierra el período extraordinario el 30 de diciembre y quedarán sin resolver la Reforma Laboral y el resto del temario que pretende asomar en febrero, con una nueva convocatoria a extraordinarias. El primer mandatario aseguró el domingo que no vetará la Ley de Presupuesto 2026. De esa manera, pretende aparecer victorioso ante el cierre de año, con un nuevo Congreso que alimenta sus esperanzas de conseguir las reformas Laboral, Tributaria y Previsional en el año venidero.




