El presidente Javier Milei ha anunciado su compromiso de recortar partidas del Presupuesto 2026 para lograr el equilibrio fiscal, sugiriendo que no vetará el presupuesto aprobado por el Congreso a pesar de las dificultades que esto conlleva. En un reciente programa de televisión, Milei afirmó que su administración está decidida a ajustar las cuentas públicas para alcanzar el tan mencionado déficit cero, a pesar de los retos que presenta esta meta.
Las proyecciones del presupuesto indican un superávit primario del 1.5% del PIB, aunque Milei tiene el compromiso de alcanzar un 2.2% del PIB, como parte del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, la realidad de la gestión pública revela que hay poco margen para reducir el gasto, lo que ha llevado a los economistas a señalar que la capacidad del gobierno para realizar estos recortes dependerá en gran medida de la efectividad de su gestión.
“Lo que sí vamos a hacer es acomodar las partidas para cumplir con el déficit cero sin crear impuestos”
El presidente Javier Milei confirmó que no vetará el Presupuesto 2026 pic.twitter.com/8RVN3d8Uul
— Resumido (@Resumidoinfo) December 22, 2025
Los analistas económicos han indicado que la subestimación del gasto previsional en el presupuesto es un problema crítico. Guido Rangugni, vicepresidente de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera (ASAP), afirmó que gran parte del gasto se vincula a jubilaciones y pensiones, las que aumentan automáticamente según la inflación, lo que limita al gobierno para realizar recortes significativos.
Además, se debate sobre ajustes en otros rubros. El análisis del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) sugiere que el gasto primario flexible debería reducirse del 5% al 4.5% del PIB, destacando la masa salarial, los programas sociales y los subsidios a la energía como áreas claves para los recortes. Sin embargo, el margen para maniobras en estas áreas es reducido, dado que muchos de estos gastos son difíciles de recortar sin afectar la estabilidad social.
Finalmente, se observa un enfoque creciente en los gastos tributarios, que son los ingresos no percibidos debido a los beneficios fiscales. El gobierno planea revisar estos regímenes para optimizar recaudaciones y evitar que se conviertan en una carga financiera. Con una economía en crisis, el desafío para Milei será equilibrar las partidas sin comprometer el bienestar de los sectores más vulnerables. Las próximas decisiones sobre el presupuesto marcarán el rumbo fiscal del país en un contexto de alta presión económica.
