El nuevo Indice de Bienestar Urbano de CABA: qué dicen los datos

El nuevo Indice de Bienestar Urbano de CABA: qué dicen los datos

Lo presentó el Instituto iCiudad.


El Instituto iCiudad presentó el Índice de Bienestar Urbano (IBU), una herramienta que desde 2016 analiza las diferencias territoriales entre las comunas porteñas a partir de indicadores que miden condiciones socioeconómicas, urbanas, ambientales, educativas, culturales y de seguridad. En esta nueva edición, el organismo introdujo ajustes metodológicos que permiten mayor precisión comparativa entre comunas y una lectura más integral del bienestar urbano.

El IBU 2024 mantiene las cuatro categorías centrales —Desarrollo Urbano y Ambiente; Económico-Social; Seguridad; Educación y Cultura— pero incorpora cambios en la construcción de los indicadores, entre ellos una normalización que lleva todos los valores a una escala de 0 a 1 para homogeneizar dimensiones tan diversas como el precio del metro cuadrado, la cantidad de espacios verdes o las tasas delictivas. También se reformuló la categoría de Educación y Cultura, desdoblando “espacios culturales” en abiertos y cerrados para reflejar la diversidad de la oferta cultural.

Una de las conclusiones más destacadas del informe es que la estructura territorial de la desigualdad porteña se mantiene prácticamente intacta. Las comunas del norte continúan obteniendo los mejores resultados globales, mientras que las del sur se ubican en los niveles más bajos del índice. La matriz de correlaciones elaborada por iCiudad refuerza esta brecha: ingresos, nivel educativo y valor de las propiedades presentan fuertes asociaciones positivas entre sí, mientras que desocupación, hacinamiento y violencia de género se relacionan con mayor vulnerabilidad y peores condiciones de bienestar.

En la categoría Desarrollo Urbano y Ambiente, el informe muestra fuertes contrastes entre comunas históricamente consolidadas y aquellas con déficit estructural. La Comuna 15 resulta la mejor posicionada del año, seguida por la Comuna 1, impulsadas por su buena dotación de transporte público y espacios verdes. En el extremo opuesto aparece la Comuna 9, penalizada principalmente por su lejanía a las redes de subte, tren y Metrobús, pese a contar con un nivel de espacios verdes superior al promedio de la Ciudad.

Las diferencias también se reflejan en los mercados inmobiliarios. La Comuna 14 mantiene los valores de propiedad más altos de la Ciudad, mientras que la Comuna 8 presenta nuevamente los valores más depreciados. Los investigadores remarcan que la normativa urbana tiene un rol decisivo en estas dinámicas, ya que incentivos regulatorios y urbanísticos pueden concentrar —o distribuir— los desarrollos inmobiliarios. El informe alerta sobre los riesgos de saturación en zonas de alta demanda y la falta de inversión privada en los barrios más postergados.

En materia socioeconómica, el IBU 2024 confirma que la Comuna 14 encabeza la categoría y que las comunas 4 y 8 siguen mostrando los valores más críticos. El ingreso per cápita promedio de la Ciudad, expresado en dólares constantes, confirma un deterioro sostenido desde 2016. A su vez, variables como desocupación y hacinamiento se concentran en las comunas del sur, mientras que los mejores niveles educativos e ingresos se distribuyen en el corredor norte. La tasa de mortalidad infantil, cuya última actualización corresponde a 2023, muestra también brechas persistentes entre territorios.


En Seguridad, la desigualdad territorial se vuelve aún más evidente. Mientras que las comunas 2 y 6 se ubican en los niveles más favorables, las comunas 4, 1 y 8 concentran las tasas más altas de homicidios, robos, hurtos y conflictividad urbana. El informe advierte que la violencia letal se distribuye de manera muy desigual, con comunas donde no se registraron homicidios durante el año y otras donde la tasa supera ampliamente el promedio porteño.

En Educación y Cultura, la Ciudad muestra un paisaje más heterogéneo, con comunas que cuentan con gran cantidad de espacios culturales, tanto abiertos como cerrados, frente a otras con muy baja oferta. La tasa de matriculación y el nivel educativo reproducen también las brechas norte–sur observadas en las otras dimensiones del IBU. La correlación entre educación e ingreso per cápita refuerza la importancia de políticas públicas integrales para reducir la desigualdad urbana.

Finalmente, el informe concluye que las políticas públicas orientadas a equilibrar las diferencias entre comunas han sido insuficientes durante los últimos años. Aunque la Ciudad presenta altos niveles de recaudación y concentración de actividad económica, las brechas internas persisten en prácticamente todas las dimensiones del bienestar urbano. iCiudad sostiene que un abordaje integral —combinando planificación urbana, movilidad, educación, desarrollo productivo y seguridad— es indispensable para avanzar hacia una Ciudad más equitativa.

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