EL principal asesor político del presidente Javier Milei, Santiago Caputo, ha sido protagonista de un escándalo debido a la acumulación de más de 14 millones de pesos en multas de tránsito. Estos cobros corresponden a diversas infracciones cometidas mientras utilizaba vehículos oficiales en sus desplazamientos por la Ciudad. Desde el cruce de semáforos en rojo hasta el uso indebido de carriles exclusivos, las infracciones son numerosas y han generado una controversia pública.
Caputo se ha visto involucrado en un esquema de movilidad en el que, según registros de la Casa Rosada, ha utilizado al menos cinco vehículos diferentes en un corto período. Entre ellos se encuentran un Peugeot 408, una Toyota SW4, un Corolla híbrido, y una Jeep negra. Este acceso a múltiples vehículos oficiales ha sido objeto de críticas, ya que parece permitirle evadir las consecuencias de sus acciones al cambiar de automóvil frecuente y rápidamente.
Las multas registradas incluyen incidentes significativos como el uso de un carril exclusivo en un momento no permitido y el cruce de semáforos en rojo, lo que ha generado interrogantes sobre el correcto uso de recursos públicos. Un caso destacado ocurrió el 12 de agosto, cuando un vehículo que se le asignó fue detectado en un carril exclusivo poco después de que Caputo abandonara la Casa Rosada, lo que vuelve más sospechoso el manejo de estos automóviles.
🔴 PAGNI: “Santiago Caputo andaría en una 4×4 de la SIDE y tiene como custodio a un funcionario de esa misma dependencia” pic.twitter.com/tpIoROnQwM
— El Economista (@ElEconomista_) September 16, 2025
El historial de multas de Caputo se extiende aún más, con un antecedente preocupante de haber acumulado hasta 90 millones de pesos en infracciones en el pasado. En este contexto, se cuestiona la responsabilidad de un asesor que, con tanto poder y acceso a recursos del Estado, parece no rendir cuentas por sus actos.
Además, la propiedad de los vehículos usados plantea dudas acerca de su gestión. De los cinco autos analizados, solo dos son propiedad del Ministerio de Justicia, mientras que otros están registrados a nombres privados o pertenecen a empresas, lo que sugiere un uso irregular de fondos públicos. Esta situación ha encendido el debate sobre la ética en el uso de autos oficiales.
Ante la creciente presión pública y mediática, Santiago Caputo enfrenta un escenario complicado. Las multas impagas no solo representan una deuda considerable, sino que también ponen bajo la lupa la integridad del gobierno actual, en un momento en que la transparencia y la rendición de cuentas son más esenciales que nunca. La situación no solo afecta su imagen, sino que también cuestiona la administración del poder en el contexto político argentino actual.
