El peronismo lanzó una iniciativa para cuestionar la medición oficial de la inflación al presentar un Índice de Gastos Fijos propio, que pretende reflejar de forma más realista el costo que enfrentan las familias para sostener sus obligaciones básicas. Critican al Indec bajo la conducción de Marco Lavagna porque, según sus cálculos, el índice oficial ya no refleja la “vida real” de los hogares.
El proyecto es impulsado por el diputado electo Guillermo Michel, quien asegura que desde la llegada del gobierno de Javier Milei los rubros esenciales aumentaron más de 500 %, muy por encima del promedio de inflación reportado oficialmente. Según su estudio, el alquiler se elevó un 547 %, la electricidad y el gas un 542 %, el transporte público un 482 %, la telefonía e internet un 330 % y los combustibles un 308 %.
Al mismo tiempo, Michel compara esos saltos con el crecimiento de los salarios registrados, que según el índice Ripte (también oficial) habrían crecido alrededor de un 252 %, lo que para él evidencia una brecha estructural entre ingresos y costos fijos.
Uno de los principales cuestionamientos de los impulsores del nuevo índice es que la canasta del IPC oficial está desactualizada. Técnicos, asociaciones de consumidores e intendentes del Conurbano advierten que el peso creciente de los gastos fijos —aquellos que no se pueden postergar— no está adecuadamente ponderado por el Indec. En concreto, estiman que una familia tipo destina entre el 65 % y el 75 % de sus ingresos a tarifas, alquiler, transporte y salud prepaga.
Queremos discutir una reforma tributaria que avance con la simplificación de impuestos para las pymes y con el alivio fiscal para trabajadores, jubilados y monotributistas.
Plata hay. Hay que discutir a quién se le da. pic.twitter.com/9KMvipV3BQ
— Guillermo Michel (@MichelGuilleOK) November 24, 2025
Desde el Indec aseguran, por su parte, que están trabajando en una revisión de las ponderaciones y en un nuevo mecanismo para medir la pobreza, aunque han postergado la presentación de esos cambios para enero, por tercera vez consecutiva. Esa demora alimenta las sospechas del peronismo: según algunos legisladores, un índice revisado podría mostrar una inflación más alta, lo que complicaría las metas fiscales, las paritarias y los tarifazos.
En ese contexto, el peronismo apuesta a presentar su índice desde el Congreso, con el argumento de que el Índice de Gastos Fijos es “la foto más fiel del drama cotidiano” de muchas familias. Esta estrategia recuerda a otras épocas en las que la oposición elaboraba sus propios indicadores para contrastar con los datos oficiales.
Con esta iniciativa, el peronismo busca instalar en la agenda pública un debate que, según sus impulsores, ha sido soslayado por el Gobierno: que la inflación real —la que pesa en el bolsillo— podría ser mucho más alta que la informada oficialmente. Para muchas familias argentinas, esta discusión ya no es solo técnica, sino parte de su supervivencia cotidiana.

