La administración de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) concretó una emisión internacional de deuda por USD 600 millones, aprovechando la reciente mejora en la percepción del riesgo financiero argentino. La operación, que se pactó a una tasa promedio del 7,8 % anual bajo ley extranjera y con vencimiento aproximado de siete años, se lanzó luego de la caída del índice de riesgo país.
Autoridades porteñas explicaron que la colocación responde a la necesidad de refinanciar el vencimiento del bono CABA 27 por unos USD 300 millones que exigía atención antes del fin del año. Al respecto, señalaron que “esta colocación permite recuperar esos recursos y da margen para nuevas inversiones” en la ciudad. En ese sentido, fuentes del mercado estimaron que la demanda superó los USD 1 700 millones, lo que permitió cerrar el monto con condiciones más favorables.

Desde el gobierno porteño se indicó que la legislación inglesa empleada en el título y la calificación del tramo “new money” facilitaron la participación de inversores internacionales. También se aclaró que el objetivo es alcanzar un monto total de hasta USD 600 millones mediante un tramo adicional o canje dirigido a inversores minoristas, lo que ampliaría la liquidez de la operación.
Analistas financieros advirtieron, sin embargo, que la sostenibilidad de esta mejora depende de varias variables: cumpliendo la hoja de ruta de reformas económicas, acumulando reservas internacionales y manteniendo la estabilidad cambiaria. “La baja del riesgo país abre la puerta, pero no garantiza un acceso pleno al crédito externo”, dijo uno de los economistas consultados.
Para la Ciudad, esta operación representa una señal de capacidad de financiamiento y credibilidad externa. Según manifestaron desde Uspallata, “la emisión muestra que CABA está en condiciones de obtener recursos internacionales en mejores condiciones de costo”, lo cual evaluaron como un paso clave para financiar parte de la agenda de infraestructura urbana.
En definitiva, la emisión de USD 600 millones a una tasa del 7,8 % se convierte en un hito dentro del panorama financiero argentino que combina mejora de la percepción de riesgo, necesidad de refinanciación local y provisión de señales al mercado internacional. Resta ver si otros distritos o provincias replicarán esta estrategia en las próximas semanas.




