A pocos días de los comicios nacionales, el gobernador bonaerense Axel Kicillof concurrió al domicilio en el que Cristina Fernández de Kirchner cumple prisión domiciliaria —ubicado en San José 1111— para mantener un encuentro con la ex presidenta. El encuentro, que se prolongó por aproximadamente una hora y media, fue calificado como “bueno” y “constructivo” por fuentes cercanas.
Aunque no se difundió ninguna fotografía oficial del encuentro —algo inusual en el contexto político— los protagonistas habrían demostrado “buena predisposición” para dialogar. Esta ausencia estética fue interpretada por algunos analistas como un indicio de que persisten tensiones no saldadas entre los sectores que representan.
El tema central de la reunión fue el eje electoral: la necesidad de “sumar fuerzas para la elección de octubre”, según coincidieron los interlocutores. No obstante, el diálogo también abarcó la situación nacional e internacional, evaluando los escenarios que enfrenta Argentina en medio de una coyuntura compleja.
Para el kirchnerismo duro, esa visita representaba un clamor de unidad: varios dirigentes habían reclamado públicamente que Kicillof se acercara a saldar la distancia existente con la figura de Cristina. En el entorno de la ex mandataria, especulaban con que la demora en la visita respondía a una intención de distanciamiento.
Desde la perspectiva de Kicillof, se buscó ofrecer un entendimiento estratégico: que el ala más dura del kirchnerismo no obstaculice su gestión bonaerense ni actúe en su contra. La meta declarada es contener “fuego amigo” y fortalecer su liderazgo provincial en vistas del nuevo mandato que afrontará.
Sumemos fuerzas para frenar a Milei y defender la provincia.
El 26 de octubre #FuerzaPatria con @JorgeTaiana, @MaJimenaLopezOk y @JuanGrabois 🇦🇷 pic.twitter.com/eDoM5jeGOj
— Axel Kicillof (@Kicillofok) October 2, 2025
El antecedente más reciente entre ambos se remonta al 10 de junio, cuando coincidieron en un acto del Partido Justicialista previo a la detención de Cristina. En ese episodio, el gobernador fue recibido con cánticos y reproches por parte de sectores del cristinismo que reclamaban liderazgo. El clima del recuerdo añade carga simbólica al nuevo encuentro.
La conversación entre ambos líderes no garantizó una reconciliación definitiva, pero representó un intento de achicar las grietas internas antes de entrar de lleno en la campaña electoral. Fuentes de ambos espacios sostienen que, más allá de diferencias persistentes, es prioridad consolidar voluntades para enfrentar la contienda.