Las elecciones del domingo pasado van dejando sus primeras consecuencias en el devenir político nacional. La nula capacidad de respuesta del gobierno en la conformación de la “nueva mesa política” que no es más que la misma de siempre, con sus capacidades demolidas por un resultado adverso importante. La nada misma. Hay un cambio de formación escénica. Atento a la interna. Autismo político exterior.
Millones de frases y conceptos se han vertido acerca de lo sucedido en la elección, su génesis y su futuro, y es bueno retomar alguno de ellos. El politólogo Andrés Malamud afirmó que “el éxito de Kiciloff es la superación de la etapa kirchnerista del peronismo”. Esto, de ser comprobable en el tiempo, es la confirmación una vez más que nunca hay que darlo por muerto al peronismo como fuerza política y a veces -desde posiciones de debilidad extrema como la actual que tenía el gobierno, no parece haber sido muy convocante la idea de “ponerle el último clavo al cajón”. Tampoco la poca feliz consigna de “Kirchnerismo Nunca Más” con la tipografía que marcó la etapa más oscura de nuestro país, guiada por los amigos (y financistas) de esa indescifrable aventura llamada Victoria Villarruel, hoy vicepresidenta de nuestro país. Un lugar envidiable por estos días en la sucesión presidencial si no tuviera esos viejos amigos que prácticamente nadie en la Argentina reivindica. Si se va Milei, ella -contra su voluntad- lo acompaña.
Por otra parte, el dirigente social y candidato a diputado nacional Juan Grabois, en un ataque de realismo visceral advirtió que “la gente en la provincia le puso un freno importante a la política de hambre y miseria de Milei, pero no nos llevó en andas (a los peronistas) hasta la Rosada para darnos el poder, eso ni se les pasa por la cabeza”. Mas claro imposible.
Mientras tanto por fuera de la política partidaria, el Círculo Rojo asiste despavorido a las escenas dantescas que este oficialismo desorientado genera en medio del desconcierto y la soledad con la que soporta esta paliza histórica. El mantenimiento a ultranza del modelo ya agotado provoca temor, reuniones de todo tipo y planes tanto económicos como políticos atendiendo la frágil realidad del país. El reperfilamiento del total de la deuda después de octubre ya es un hecho, los bancos saben que los van a “embocar” con un bono, y ya instruyeron a sus departamentos jurídicos para evaluar también el caso de que también se extienda a los ahorristas.
En paralelo con esto, y es una de las preocupaciones máximas del gobierno, el “arrepentimiento” de Diego Spagnuolo cerraría la tormenta perfecta hacia el juicio político y la Asamblea Legislativa. La justicia Federal ya trabaja además en el caso de las presuntas coimas en la ANDIS y también en OSPRERA que involucrarían a Eduardo “Lule” Menem, en primera instancia dentro de la Casa Rosada. Tampoco el ministro de Salud, Mario Lugones tiene una posición cómoda con las más de 100 muertes del fentanilo en mal estado. Podría ser citado a indagatoria, y se avanza por otra línea en el caso Libra, tanto acá como en los Estados Unidos. Algunos periodistas relacionan el viaje de Milei a Estados Unidos del viernes pasado con este tema, en su intención de controlar daños en USA.
La salida política ya no está en manos del gobierno. La decisión del Presidente de proteger política y judicialmente a su hermana Karina, se llevó puesto el único intento inteligente para salir de esta situación, aportada por Santiago Caputo, que pretendía abrir el gobierno en una doble apuesta a la gobernabilidad en el Ejecutivo y en el Parlamento. Compartir antes que perder todo. Real Politik de los Millenials. Nada de eso sucedió y el mandamás de las Fuerzas del Cielo se encuentra como Franco Colapinto en el final de la fila de nuevo. Las provincias de Corrientes y Buenos Aires fueron dos escenarios seguidos en donde la estrategia adecuada era la que impulsaba el joven consultor. Pero lo sacaron de la cancha, lo entraron a jugar en el pánico del domingo a la noche, pero el lunes le dieron la camiseta 16 en la reunión de gabinete de las 16 horas. Le habían prometido la 10. Allí hay furia y una interna ardiente. Pero está sentado allí.
Cual es el volumen político que hay que mostrar en este momento y para qué se mide. ¿Qué es destituyente y qué no lo es? Cómo vamos a evitar como país, de una vez por todas, una solución federal a nuestros problemas crónicos. Nada es destituyente. Al contario, es aporte a salir del lío.
La llave del tema la tienen los gobernadores variopintos, movieron antes los gobernadores de Provincias Unidas, pero se podrían sumar muchos más en la convicción que ya perdieron todo lo que tenían para perder. Un párrafo parte para Axel Kiciloff, debe estar allí con sus pares. Allí está la fuerza de la patria, no se debe confundir con la espuma del padrón nacional. Porque nada podrá resarcirlos de tanto daño económico, político y sobre todo de mentiras y destrato. Los gobernadores con toda certeza manejarán los hilos desde el Congreso en estos 45 días que serán un parto sin anestesia para el Gobierno. La autopista que lo lleva al 26 de octubre, solo tiene carteles de “No avanzar” para alguien que se jactaba del invento de LLA. No va más, diría un croupier, en tono provinciano.