El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia convocó a Enrique Ignacio Ferrer Vieyra, embajador argentino en Moscú, en respuesta a declaraciones formuladas por la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, quienes acusaron a la inteligencia rusa de haber participado en tareas de espionaje dentro de la Casa Rosada, incluida una grabación telefónica ilegal. Rusia rechazó esas acusaciones y exigió una explicación oficial del gobierno argentino.
En su rol como diplomático argentino, el embajador Ferrer Vieyra fue citado formalmente por la Cancillería rusa tras los dichos de Bullrich. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, los comentarios fueron “infundados” y “sin evidencia”, por lo que solicitaron aclaraciones oficiales.
El conflicto diplomático se originó luego de que la ministra Bullrich sugiriera que agentes rusos podrían haber intervenido en una presunta operación de escuchas dentro del palacio presidencial argentino con fines de desestabilización política.
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— RT en Español (@ActualidadRT) September 8, 2025
Este episodio se suma a una serie de roces previos en las relaciones bilaterales, en las que también intervino la justicia argentina ante una investigación vinculada a grabaciones nacionales. Anteriormente, Rusia ya había desmentido su participación en espionajes al Palacio de Gobierno bonaerense, calificando las acusaciones como especulaciones sin fundamento.
Por el momento, no ha trascendido si el embajador argentino presentó explicaciones formales ante las autoridades rusas ni cuál será la postura oficial del gobierno argentino frente a esta convocatoria. Mientras tanto, el episodio marca una nueva tensión en los vínculos diplomáticos entre ambos países.
