Una reciente donación efectuada en febrero de 2025 por Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, encendió luces de alerta al vincular a la Escuela de Formación, Debate y Análisis Político (EFDAP)—representada por Sebastián Pareja—con un entramado investigado por la Justicia federal.
Los rezagos aduaneros donados provinieron de bienes incautados y fueron entregados a la Fundación Darío Donolo, dirigida por Darío Antonio Donolo, imputado en la causa conocida como “Mafia de la Aduana”.
La EFDAP, impulsada por la dirigente Miriam Niveyro —aliada política de Pareja— fue relanzada en 2024 con un fuerte despliegue territorial. En agosto de ese año, la Fundación Darío Donolo registró el dominio web para la escuela, edfap.ar, apenas tres meses después de su reactivación. Esto establece una agenda común entre la escuela y una fundación cuyo líder está formalmente imputado por contrabando y asociación ilícita.
El vínculo entre Milei, la Fundación Donolo y la EFDAP resulta curioso: por un lado, se trata de una donación del Estado presidencialista; por otro, el beneficiario principal está bajo investigación judicial. A través del mecanismo de entrega de “rezagos aduaneros” —un procedimiento legal mediante el cual la Secretaría General de la Presidencia redistribuye bienes provenientes de la Aduana— se transfirió material sin especificar su contenido, según la resolución oficial.
Aunque la resolución no precisaba la naturaleza de lo donado, la falta de transparencia genera suspicacias sobre el destino final y sobre cómo estas donaciones se utilizan con fines políticos o propagandísticos.
La Fundación Darío Donolo se presenta como un espacio educativo con objetivos progresistas: facilitar el acceso a la educación y generar iniciativas innovadoras en capacitación e investigación. Sin embargo, fuera de su página institucional y el registro del dominio, hay escasa información pública que respalde su actividad. Su presidente, con perfil bajo, aparece en LinkedIn ofreciendo servicios de consultoría tributaria, lo que deja más preguntas que certezas.
Los misterios de la causa
La enigmática Fundación Darío Donolo tiene su sede en el mismo lugar que su fundador, Darío Antonio Donolo. De acuerdo con su sitio web, la entidad se dedica a “encontrar soluciones a los desafíos contemporáneos de nuestra sociedad en el siglo XXI a través de la educación y la capacitación”. Sus tres metas son: facilitar el acceso educativo, desarrollar nuevos métodos de enseñanza y ampliar el conocimiento mediante la investigación y la implementación de iniciativas innovadoras.
Aparte de la información que aparece en su página oficial, no existen otros registros o menciones públicas sobre las actividades de la fundación. Su presidente, Darío Donolo, mantiene un perfil bajo. En su perfil de LinkedIn, se describe como doctor en Ciencias Políticas y director del Estudio Donolo & Asociados, el cual ofrece consultoría en temas tributarios y de negocios.
En el caso del juez Aguinsky, Donolo fue acusado de los crímenes de asociación delictiva y contrabando agravado. Cuando el asunto salió a la luz en los medios, los principales señalados fueron los integrantes de la familia Paolantonio, especialmente Miguel y sus hijos, Diego y Alejandro, quienes también enfrentan cargos.
En el caso hay declaraciones que retratan a Donolo como “la sombra” del patriarca Paolantonio, quien falleció durante el proceso de investigación. Su esposa, Paola Noemí Díaz, también acusada, se desempeñó como asistente de la familia.
De manera no oficial, personas que conocieron a algunos de los acusados describen a Donolo como un empresario influyente en la provincia de Buenos Aires, aunque nadie puede especificar con claridad sus actividades. Hasta ahora, se sabe que se dedica a registrar dominios web (EFDP no es el único que ha inscrito) y que recibió una donación de Karina.