Polarización en alza: el caso Spagnuolo se convierte en eje de campaña oficialista

Polarización en alza: el caso Spagnuolo se convierte en eje de campaña oficialista

Así lo revela el último estudio realizado por la consultora Polldata.


Un reciente estudio de opinión, realizado por la consultora Polldata entre el 18 y el 21 de agosto en la provincia de Buenos Aires, revela un escenario electoral extremadamente reñido de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre. La encuesta incluyó a personas de entre 16 y 75 años distribuidas en las ocho secciones electorales, con una muestra de 1.200 casos, entrevistados mediante una combinación de presencialidad y sistema CATI (Computer Assisted Telephone Interviewing).

El análisis muestra un virtual empate técnico entre las dos fuerzas principales: un 34,9 % de los encuestados se siente más cercano al kirchnerismo, mientras que un 31,6 % expresa afinidad con La Libertad Avanza (LLA). Sumando a los votantes de peronismo no-K (8,1 %), el bloque opositor alcanza un 43 %, apenas por encima del 40,6 % que acumulan LLA y Pro.

En paralelo, se consultó a los votantes sobre sus motivaciones para apoyar a Javier Milei. El 47,6 % lo hace “para que no vuelva el kirchnerismo”, mientras que otro 44,5 % considera que “el gobierno necesita más tiempo, pero está haciendo bien las cosas”.

Este contexto alimenta la lectura política de que, frente al escándalo por los audios de Diego Spagnuolo y las acusaciones de coimas en la ANDIS, el gobierno optó por una estrategia deliberada de polarización electoral, legitimada como “Operación K”. Los voceros Martín Menem y Eduardo “Lule” Menem calificaron las denuncias como “una burda operación del kirchnerismo”.

El enfoque oficial parece calculado: en un terreno fragmentado, la polarización facilita la consolidación de la base electoral y permite intentar absorber electorado propio del Pro, mientras debilita a fuerzas emergentes como la izquierda o el espacio Somos Buenos Aires (UCR, Coalición Cívica, Partido Socialista), que, según otras encuestas, reúnen alrededor de 5 a 6 %.

Otro dato relevante es la intención de presencialidad electoral. Un sólido 71,2 % aseguró que “sin duda irá a votar” en octubre. Entre los votantes con afinidad por el kirchnerismo, el porcentaje sube a 84,1 %, y entre los leales a Milei, alcanza el 82,6 %.

El perfil demográfico de los votantes también aporta matices: La Libertad Avanza (LLA) y Pro concentran seguidores mayormente en el rango etario de 16 a 29 años con estudios superiores, y solo un 13 % se define como “arrepentido de Milei” desde 2023. En cambio, en el peronismo, los adherentes predominan entre los mayores de 50 y aquellos con nivel educativo primario, manteniendo una retención del 96,5 % en su voto respecto al 2023.

Por su parte, el peronismo no K recibe parte de la tradicional votación del espacio Hacemos por Nuestro País, aunque representa un segmento más reducido.

En síntesis, el estudio sugiere que la polarización —reforzada desde el Ejecutivo con discursos que ponen al kirchnerismo como antagonista principal— es una estrategia consciente para movilizar una base sólida en un escenario electoral fragmentado.

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