Lacunza y lo que viene “Los daños colaterales se ven más adelante”

Lacunza y lo que viene “Los daños colaterales se ven más adelante”

El exministro de Macri analizó el tema de las tasas de interés, el dólar, las reservas y lo que viene después de octubre.


Hernán Lacunza es economista graduado en la UBA; completó un posgrado en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT); fue gerente general y economista jefe del Banco Central (2005-2010), ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires (2015-2019) y ministro de Economía de la Nación (2019); dirige Empiria Consultores y es vicepresidente de Racing Club.

“Seguro que ya está teniendo y va a tener. Obviamente impacta en el crédito, porque una cosa es tomar un préstamo a una tasa más o menos previsible y otra es ir totalmente volátil como ahora. Eso merma la voluntad de crédito, hay mucha más incertidumbre y eso baja la inversión y el consumo, seguramente. Tiene un impacto negativo sobre la actividad, sin duda, y obviamente, cuanto más largo, peor. Yo presumo que el Gobierno va a estar trabajando en bajar aunque sea la volatilidad. El nivel va a ser más difícil, porque hay una causa más profunda que es la competencia con la dolarización de las carteras. Pero al menos en las próximas semanas debería ser capaz de contener esa volatilidad”, dijo sobre dijo sobre el impacto de este escenario de volatilidad de tasas de interés sobre la economía real.

En un reportaje con La Nación también se refirió a la gestión cambiaria del Gobierno de Javier Milei.

“Primero, por suerte no fue al piso, esa era una idea un poco pedestre. Imaginate si estuviera hoy en $1000 la presión cambiaria que habría en ese mercado y cuál sería la tasa de interés para sostener ese desvío tan pronunciado. A $1300 es difícil, imagínate a $1000. El estrés competitivo que habría y la competencia entre productos locales o importados sería realmente muy difícil de sostener. La intervención oficial con la palabra de que iba a ir a $1000 nunca la entendí. Solo entendería la intención en ese primer trimestre post-cepo de alinear expectativas de no se vaya al techo. Pero no es gratuito. La expectativa alimentada oficialmente no se corrobora. Entonces para la próxima vez que digas algo, te van a creer menos. Puede ser un objetivo a corto plazo, pero nocivo para la credibilidad de la palabra oficial en el mediano plazo, que siempre es muy importante, sobre todo cuando los caminos se angostan, como está pasando. La política económica depende de la palabra oficial, no solo de las medidas que se toman. Y malgastarla con expectativas incumplibles no me parece una buena idea a mediano plazo”, señaló.

Al referirse al nivel del dólar, manifestó: “Creo que el dólar estaba atrasado. Hubo todo un largo año discutiendo el sexo de los ángeles, donde el Gobierno decía ‘Nadie sabe cuál es el tipo de cambio de equilibrio’, y lo que no decía es que el Gobierno tampoco. Ahora está cómodamente instalado en $1300. Hizo una corrección parcial. Más o menos el tipo de cambio real en estos dos meses subió un 15%, y por mérito del programa no hubo gran traslado a precios inmediatos, el famoso pass through, por condiciones que podamos revisar. Esa mejora del 15% real es importante. Hoy la economía está mejor que hace 60 días porque tiene un tipo de cambio más acorde a la competitividad de la producción argentina, pero seguramente insuficiente, porque a nivel también hay más voluntad de demanda que de oferta. Y por eso la tasa tiene que estar tan alta. Entonces, la intervención oficial es, y vuelvo a la pregunta uno, situarse en la esquina de la estabilidad nominal, inflacionaria y de tipo de cambio, a costa de una actividad más baja, que ya está estancada desde hace un trimestre, por lo menos, y cuyos daños colaterales se ven más adelante”.

También habló de las reservas. “El acuerdo con el FMI tiene varias metas fiscales, que están sobrecumplidas y esa es la viga maestra del plan; las monetarias, y también de acumulación de reservas. Los países que flotan en el mundo tienen reservas más o menos por 15 puntos del PBI. La visión más dogmática dice: ‘En la libre flotación no hacen faltan reservas’. Pero, ¿sabés la montaña rusa que sería un régimen de libre flotación sin reservas? Sería insoportable esa volatilidad y más aún en la Argentina. Por algo los flotadores tienen 15% de su PBI, que en el caso de Argentina serían US$90.000 millones, que no vamos a tener en un año o dos. Una cosa es que vos lo vayas construyendo paulatinamente y muestres un flujo donde hay una posibilidad de acumulación, y otra es que digas que no te preocupa. Entonces, los bonistas se van a empezar a preguntar ‘¿Cómo me van a pagar?’. Y si además de la voluntad de pago, que está fuera de toda discusión, no tenés capacidad de pago, el riesgo país no baja. Hay una correlación inversa: a más reservas, menos riesgo país”, dijo.

A continuación hizo un análisis del movimiento del dólar y los precios y expresó: “Quizás lo mejor de estos últimos dos meses es ese bajo traslado a precios, que no es gracias a Dios, es gracias al programa. Como hay equilibrio fiscal, no hay expectativa de convalidación monetaria de cualquier movimiento del tipo de cambio en emisión, que es todo lo contrario a lo que pasaba en 2023. Eso es el mérito de la consistencia fiscal y de la capacidad de recuperar política monetaria. Es muy importante. Te diría que hoy estamos mejor desde el punto de vista del tipo de cambio, y también desde el punto de vista regulatorio, porque tenemos medio cepo: las personas hacen lo que quieren, las empresas todavía no. Estamos en el camino correcto. Ahora, tampoco cantaría victoria prematuramente por rezagos. Presumo que la inflación del próximo bimestre va a ser más alta que la del bimestre pasado, no exageradamente mayor, que obviamente del punto de vista político es un costo electoral, pero nada dramático. Pero no es cierto que el pass through es cero, porque si fuera así, no hace falta el techo de la banda e intervenir indirectamente para ponerle un techo. A veces hay inconsistencia entre lo que se dice y lo que se hace, y es mejor lo que se hace que lo que se dice, y no es gratis, porque tu palabra vale menos”.

Para cerrar se refirió a las perspectivas económicas para después de las elecciones.

“Supongamos un escenario en que se supera con alguna tensión cambiaria, pero nada explosivo, y una presunta corroboración en las urnas del apoyo popular al Gobierno. Después de eso hay un reseteo del programa, tampoco podés tener con la economía planchada mucho tiempo entonces, y a este tipo de cambio está visto que hay más demanda que oferta. Hay una parte de la demanda que será del periodo electoral, que será transitoria, y tiene sentido no convalidarla, y otra que no, porque hay un montón de sectores que no están siendo competitivos. A veces el discurso oficial de ‘Vaca Muerta en 2030… Sí, puede ser, pero depende de los precios internacionales, osea, cosas que no controlamos, pero además, para llegar al 2030 hay que ganar tres elecciones, 25, 27 y 29, y si en el Conurbano el desempleo es 15%, no vas a no vas a poder consolidar democráticamente tu programa. Entonces esa ancla de largo plazo también hay que traerla acá; en la transición tiene que haber empleo, no con el futuro soñado dentro de seis años”, manifestó.

 

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